Combinar agua en Mozambique con salud es una combinación difícil en muchos rincones del país. Y si no que se lo digan a las familias de Mahelane. Hasta hace poco, en esta pequeña localidad al norte de Mozambique conseguir agua potable era toda una odisea. Hoy es una realidad gracias al proyecto que hemos desarrollado junto a Fundación Encontro y con la finaciación de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID).
El antes: Mahelane (Mozambique) sin agua
Los 1700 habitantes de Mahelane, en el distrito de Namaacha, viven con problemas de acceso a saneamiento y agua potable desde los años 90. La mayoría solo podía abastecerse con el agua del río Umbeluzi, con los riesgos que eso acarreaba. Otra gran parte de la comunidad no podía comprar agua, ni siquiera a precios simbólicos. Desde 2007 comenzaron a darse esfuerzos gubernamentales y de algunas iniciativas privadas para mejorar la situación, pero no era suficiente. Muchas fuentes se estaban rompiendo y la comunidad carecía de conocimientos técnicos o recursos para reactivar las fuentes de abastecimiento de agua.
El después: agua y saneamiento para 1700 personas
Una de las prioridades del proyecto, que arrancamos en octubre de 2021 y finalizamos en septiembre de 2022, ha sido mejorar la cobertura de agua en Mahelane. Para ello, hemos rehabilitado ocho pozos y construido otros dos en los cuatro distritos de Mahelane Sede.
Los cambios también han llegado a las escuelas. En la Escola Primaria Completa de Mahelane hemos rehabilitado cuatro fuentes de agua, así como la fontanería para captar mejor el agua. Por su parte, la escuela de Michangulene, cuanta ahora con seis aseos para su alumnado.
El centro de salud, que atiende cada año a más de 6500 personas, también ha vivido grandes cambios. Gracias al proyecto ahora tiene ocho aseos rehabilitados y un incinerador de residuos hospitalarios. Además, su farmacia cuenta ya con una valla y un balcón para asegurar la intimidad de quienes la visiten.
La Sra. Joseline Mule, técnica de medicina general y responsable de la unidad sanitaria de Mahelane, nos cuenta orgullosa que "el hospital es ahora autónomo y ya no utilizará otros suministros de agua privados, ya que ahora tenemos agua dentro del hospital. Nuestros usuarios ya no estarán expuestos al sol ni a la anterior falta de intimidad en la farmacia y las mujeres podrán utilizar los aseos con la comodidad necesaria en la sala de maternidad".
Los cambios también han llegado a la escuela
En la escuela de Mahelane hemos proporcionado más de 100 pupitres para sus 780 alumnos y alumnas, pues no tenían suficientes para todo el alumnado. Pero no solo hemos contribuido a crear un lugar cómodo para aprender. El objetivo del proyecto también era hacer de esta escuela un espacio seguro gracias a la higiene y el saneamiento.
Para que las infraestructuras construidas y rehabilitadas se utilicen de forma responsable y duren más tiempo, el diálogo con las comunidades de la localidad ha sido clave. Trabajamos con ellas para hacer un buen uso de los recursos comunes, así como para prevenir enfermedades crónicas y endémicas en la zona.
¿Cómo hemos construido ese diálogo? Por un lado, hemos realizado cuatro formaciones a través del Comité de Salud y el Comité de Agua y Saneamiento, órgano responsable de la gestión del agua y de la reparación de pequeñas averías en las fuentes de agua. También hemos impartido cinco talleres para madres sobre buenas prácticas de salud, higiene y cuestiones de género a través de los grupos "madre a madre". Se trata de grupos de mujeres muy activas de la comunidad que organizan diálogos y acciones conjuntas para la salud y el bienestar de sus habitantes. Junto a ellas hemos realizado cuatro diálogos comunitarios con miembros de la escuela, el centro de salud, el mercado y las comunidades de la zona.
Gracias al proyecto, las comunidades de Mahelane no solo tienen ahora infraestructuras duraderas y eficaces para su higiene y saneamiento ambiental. También cuentan ya con conocimientos técnicos y concienciación sobre la preservación del medio ambiente y la cultura de la higiene, claves todas ellas que nos permiten garantizar la sostenibilidad de todas sus mejoras una vez finalizado el proyecto.