Miriam tiene 18 años y es una de las chicas más brillantes de su promoción. Este año acaba la escuela y comienza a estudiar Ingeniería Civil. Su sueño se ha hecho realidad. Ha podido estudiar y ha evitado la mutilación, y todo gracias al club antiablación de su escuela al que pertenece y en el que trabaja activamente desde los nueve años.
Vivir en una población rural y ser mujer en Kenia garantiza un futuro con una importante falta de acceso a derechos que está relacionada de manera directa con la mutilación genital femenina. Para evitarlo, hace casi dos décadas que Ayuda en Acción y Fundación Kirira pusieron en marcha la creación de los clubes antiablación con el objetivo de que las niñas pudieran decir NO a la mutilación y SI a la educación. Ahora son 82 centros educativos los que trabajan para poner fin a esta práctica ancestral a través de sus clubes escolares en las zonas de Tharaka, Tangulbei y Abakuria. Miriam ha sido, durante los dos últimos años, la representante de uno de estos clubes y explica con orgullo cuál es su objetivo: la principal misión de los clubes es parar la mutilación genital femenina completamente porque la mutilación es algo que no debería pasar. Cuando conoces las consecuencias que tiene en las niñas te das cuenta de que solo trae cosas negativas como el abandono de la escuela, los matrimonios forzados, embarazos tempranos…Por eso la principal misión de estos clubes es parar la mutilación y estamos haciendo un buen trabajo porque ahora hay menos casos.
La mutilación genital tiene su origen en una serie de factores socioculturales y económicos que justifican que la educación sea el motor de cambio. Ayuda en Acción, consciente de que la formación es la herramienta más poderosa para combatir la pobreza y poder optar a mejores oportunidades, ha centrado su trabajo contra esta práctica en favorecer el acceso a la educación de las menores impulsando campañas de sensibilización a través de clubes. Gracias a estos foros se consigue un importante trabajo en red que permite llegar a todos los miembros de la comunidad: yo hablo con las chicas más jóvenes para ayudarlas y explicarlas todo lo que necesitan saber, ellas me escuchan y siguen mis consejos porque me ven como una hermana mayor, dice Miriam.
Estos clubes están formados por estudiantes y educadores que se encargan de promover un cambio positivo en la mentalidad de los miembros de la comunidad, explicando las graves consecuencias de la mutilación y la importancia de la educación para las niñas. Los chicos y las chicas dinamizan las campañas gritando “No a la ablación” mediante cánticos, obras de teatro y poemas que ellos mismos escriben.
Antes no había nadie que luchara por nuestros derechos, por los derechos de las chicas. Si yo soy una chica y tengo que pasar por la mutilación pero no quiero, todo es muy difícil porque es como si fuera en contra de la comunidad, me quedo fuera. Pero desde que organizaciones como Ayuda en Acción están aquí podemos luchar por nuestros derechos y escapar de la mutilación. Por eso en muchas comunidades el número de chicas mutiladas ha disminuido y ya se ha empezado a decir no a la mutilación.
Gracias al trabajo de Ayuda en Acción y Fundación Kirira más de 20.000 niñas al año son informadas en las escuelas de los peligros de la mutilación y son formadas para decir no a la ablación y sí a la educación gracias al trabajo de los Clubes.