La población juvenil en Etiopía es de un tamaño significativo: más del 28% de la población tiene entre 15 y 29 años. En los últimos años las zonas rurales etíopes han experimentado un alto crecimiento de su población. Como consecuencia, los pocos recursos disponibles se ven tensionados, y las oportunidades de empleo juvenil para que la nueva generación tome el relevo natural son escasas.
El contexto del empleo juvenil en Etiopía
Particularmente en la zona rural de Wolaita, donde Ayuda en Acción desarrolla buena parte de proyectos en Etiopía, el desempleo juvenil se explica principalmente por la escasez de tierra (en promedio menos de 0,33 hectáreas por familia). Pero también por la falta de oportunidades de empleo juvenil y la dificultad de acceder a una educación formal de calidad, como por ejemplo formación profesional que les prepare para la empleabilidad.
Además, en la zona existe una elevada presión demográfica (de seis a siete miembros por familia), lo que provoca que durante prolongados períodos de tiempo sea difícil alimentar a todos de los miembros de una familia de una manera adecuada por la falta de recursos. Esto, junto con la ilusión de las oportunidades que puede brindar la ciudad, provoca que muchos jóvenes (incluso niños) emigren a otras zonas de Etiopía o al extranjero, principalmente a núcleos urbanos como Addis Abeba o a países árabes para trabajar en la construcción u otro tipo de labores de baja formación.
La falta de oportunidades y la dificultad de formarse dificultan las posibilidades de empleo juvenil en Etiopía. Las cooperativas son una herramienta para combatirlo. Clic para tuitear
Cooperativas, la herramienta para fomentar el empleo entre jóvenes
En Ayuda en Acción somos conscientes de esta situación. Por eso ponemos la preocupación por los jóvenes en el centro de nuestra estrategia de intervención en Etiopía.
En este marco de referencia se diseña un programa de autoempleo en las zonas de Boloso Sore y Boloso Bombe y que se inició en 2019. A través de él, ofrecemos la oportunidad a 200 jóvenes (50% mujeres) de formar parte en 10 cooperativas, formada por 20 miembros cada una. Cada cooperativa está legalmente registrada para que quienes formen parte de ellas puedan realizar actividades relacionadas con el emprendimiento. Como base de inicio de su actividad económica, entregamos a cada cooperativa 160.000 ETB (unos 3.800€) de capital inicial, herramientas agrícolas, mobiliario de oficina y asistencia técnica continua.
Alemayehu Baza, Meseret Alemayehu y Aynalme Alemayehu son tres miembros de la cooperativa primaria de producción y comercialización de cultivos para jóvenes Tiyo Hembecho Ediget. Ilusionados, nos cuentan que los miembros de la cooperativa han estado manejando conjuntamente la producción de cereales como teff y maíz en 2,5 hectáreas de tierra cedidas por el Estado etíope. “Hemos convertido en fértil la tierra comunal estéril con un buen manejo del terreno irrigado y altamente productivo. En 2019, obtuvimos beneficios por valor de 44.800 ETB (unos 1.200€) de las ventas de bueyes, maíz y teff. Este año, estamos listos para la venta de dos bueyes y el maíz que hemos plantado”, nos cuentan.
Cooperativas juveniles: una gran fábrica de ideas
Además del acompañamiento sobre el cuidado de la tierra, los técnicos de Ayuda en Acción en el terreno asesoran a los jóvenes sobre qué es lo más conveniente plantar. Todo ello con el objetivo de maximizar las oportunidades de precios de mercado. Y los planes de futuro no dejan de crecer, según nos cuenta Alemayehu:
“Estamos planeado producir forrajes de animales y establecer injertos de plántulas de frutas en nuestra granja. En el pasado no se ganaba dinero vendiendo forraje para animales, particularmente el pasto. Actualmente la venta de pasto es un negocio viable y las cooperativas juveniles vamos a plantar pasto y otros forrajes. También se espera que esto diversifique nuestras fuentes de ingresos”.
La venta de forraje por parte de las cooperativas de jóvenes es una muy buena noticia para los ganaderos locales, que ven muy mermado el acceso a alimentos para los animales en la época de sequía. De esta forma, ahora tendrán un suministro asegurado para sus rebaños.
A los jóvenes participantes también se les da formación para el buen funcionamiento administrativo de las cooperativas. Aynale señala que “recibimos capacitación en profundidad en habilidades empresariales básicas, habilidades para la vida y emprendimiento. La formación ha cambiado nuestras vidas. Nos ha ayudado a abrir nuestros horizontes y en lugar de perder el tiempo con caminatas por el pueblo, o pensar en emigrar, ahora dedicamos nuestro tiempo a buscar ideas innovadoras que en poco tiempo cambian nuestra vida y aporta un servicio a toda la comunidad”.
El impacto medioambiental en los proyectos de empleo juvenil
Como parte de la estrategia de intervención de Ayuda en Acción, el impacto medioambiental es transversal a todas las iniciativas que desarrollamos en la región. En este sentido, Meseret cuenta que “a diferencia de las prácticas locales, podemos hacer frente al impacto del cambio climático a través del riego sostenible que nos han enseñado los técnicos de Ayuda en Acción”. Y es que en esta zona de Etiopía el cambio climático se hace cada vez más patente con sequías prolongadas y severas. “Regamos la plantación de maíz en la estación seca y cuidamos del teff en la estación lluviosa para minimizar el impacto del cambio climático aumentando el rendimiento de la tierra. Esto nos permite producir 2 o 3 veces al año, generando además ingresos adicionales”, asegura.
Los tres jóvenes están comprometidos con su cooperativa. Sin duda, podemos decir que han aprovechado la oportunidad de un proyecto que nace desde Ayuda en Acción tras identificar con la población su necesidad. Ahora, como era su deseo, podrán quedarse en su hogar y crecer viendo el desarrollo que va experimentando su tierra.