Foziya Rashu tiene 17 años y estudia séptimo curso. Vive con su familia (seis hermanas y tres hermanos) en Mesaranje Temama, una aldea rural de la zona de Arsi, en la región etíope de Oromia. Allí llevamos a cabo proyectos centrados en los derechos de niñas y mujeres. En ellos tratamos aspectos de los que antes nunca nadie les había hablado, como la higiene menstrual. ¡Quédate para conocer cómo lo trabajamos!
Higiene menstrual, un tema tabú
La familia de Foziya se dedica a la agricultura. Su sustento depende de las cosechas… y de las condiciones climáticas. En la hectárea de tierra que tienen cultivan trigo, cebada y legumbres. Pero eso no es suficiente para alimentar a toda la familia durante todo el año. La escasez de alimentos se ha convertido en algo común y sus padres trabajan todo lo que pueden para proporcionar los alimentos necesarios a sus hijas e hijos.
Sin embargo, los problemas van más allá de la alimentación. Para Foziya y las adolescentes como ella hay problemas añadidos por el hecho de ser mujeres. En una comunidad tradicional como la que vive Foziya, las cosas relacionadas con el género y el sexo se consideran tabúes. Hace unos años el "no preguntes, no digas" era común en la comunidad si hablamos de sexualidad. Ahora las cosas están cambiando.
La gestión de la higiene menstrual es uno de los mayores retos para millones de adolescentes de todo el país. Hasta hace poco en su comunidad ni siquiera tenían acceso a compresas, lo que impedía a todas las mujeres hacer vida normal durante los días en que tenían el periodo.
Cuando a Foziya le vino la regla por primera vez se horrorizó y no supo qué hacer: "primero me preocupé pensando que era un problema de salud, pero después, al saber lo que era, lo que pude hacer fue llorar y quedarme en casa fingiendo que estaba enferma", dice. Cuando su madre lo supo le dijo que no se preocupara y le aconsejó que utilizara ropa vieja y raída para proteger su vestido de la hemorragia.
"Mi familia no podía permitirse comprarme compresas, que tampoco se pueden conseguir fácilmente en el pueblo. La ropa hecha jirones que usaba durante mi periodo menstrual no era cómoda, no protegía bien y era difícil de limpiar”.
El mayor reto durante la menstruación: ir a la escuela
El mayor reto para Foziya (y para casi cualquier joven de comunidades rurales) llega al ir a la escuela cuando está en su periodo menstrual. A menudo, por miedo a que se burlen de ella, prefiere quedarse en casa antes que ir a la escuela: “antes, cuando tenía el periodo, no iba a la escuela durante cuatro o cinco días. Me perdía las clases e incluso los exámenes", dice Foziya. Una vez más, las mujeres se ven en una posición de desventaja, lo que influye en sus posibilidades de futuro: el rendimiento escolar de las chicas en la comunidad de Foziya solía ser más bajo en comparación con el de los estudiantes varones.
Pero en los últimos meses esta situación está cambiando drásticamente para las niñas y mujeres de la aldea de Foziya: ahora ella y otras adolescentes no faltan a la escuela debido a la menstruación. Además, participan activamente en las aulas, tienen mucha confianza en sí mismas y disfrutan de sus horas de clase y de juego: “estoy desarrollando mi autoestima, sigo atentamente mi educación y juego con mis amigos y compañeros de clase. Espero que mis notas mejoren a final de año".
Un proyecto más allá de la escuela
Ayuda en Acción no solo apoya a las adolescentes de la escuela primaria, sino también al resto de mujeres de sus comunidades mediante la formación para la concienciación sobre la gestión de la higiene menstrual y el suministro de toallas sanitarias reutilizables y respetuosas con el medio ambiente, gracias a una alianza con Mela for her y al apoyo de la empresa 'Libra Gestión de Proyectos'.
El proyecto llegará a 20 000 adolescentes y mujeres para ayudarlas a superar los retos relacionados con la higiene menstrual. Pero no nos conformamos solo con esto: en el mismo proyecto luchamos contra la violencia de género a través de talleres y acciones enfocadas a concienciar sobre ello entre los miembros de las comunidades donde desarrollamos nuestro trabajo.