Desde hace varios años, dos salas de los colegios Ramiro Soláns y Joaquín Costa de Zaragoza se han transformado en talleres de costura. Cuatro veces por semana los ruidos habituales del cole conviven con los que producen al rasgar telas y las máquinas de coser de cerca de una veintena de mujeres de edades comprendidas entre los 26 y los 63 años, de diferentes etnias y nacionalidades.
Forman parte de ‘Hilvanando culturas, confeccionando el futuro’, una iniciativa puesta en marcha por Ayuda en Acción a través del programa Aquí también, que comenzó como un proyecto de gestión de economía doméstica. Las mujeres que participaban en estos talleres aprendían todo lo necesario para elaborar sus propias cortinas o manteles, a hacer el dobladillo de los pantalones y remendar su ropa y la de su familia y, de esta forma, ajustar sus gastos. Ahora, se ha reconvertido en un proyecto de microemprendimiento y cooperativismo femenino donde las mujeres que participan en él (en situación de desempleo) aprenden todo lo necesario para poder dedicarse de forma profesional a la costura.
Con estos talleres se busca a la vez atajar el aislamiento social ofreciéndoles un espacio que les permita relacionarse con otras mujeres ya que, en muchos casos, es el único espacio de socialización del que disponen fuera de su hogar y su entorno. “En el taller de Ramiro Soláns la mayoría de las mujeres son de etnia gitana (muchas de ellas con relación de parentesco) y también participan dos mujeres magrebíes. En el que impartimos en el centro Joaquín Costa hay más variedad ya que tenemos mujeres que proceden del norte de África, una venezolana y mujeres de etnia gitana-portuguesa. En ambos casos, hay un clima de cercanía, de cooperación y de trabajo en equipo donde interaccionan entre ellas, sin importar su procedencia o su etnia. Estas relaciones, que han llegado a trascender los talleres de ‘Hilvanando culturas, confeccionando el futuro’, resultarían muy difíciles de entablar si solo se limitaran a su entorno”, explica Daría Gavrilova, formadora en Fundación San Ezequiel Moreno.
Todo ello repercute de forma positiva en sus familias ya que se convierten en un ejemplo de superación para sus hijos e hijas. “Mis hijos están muy contentos porque me ven feliz. De hecho, ellos fueron los que me compraron la máquina de coser hace unos años y hasta me piden encargos. Yo siempre los hago y, aunque no sepa cómo se hace, siempre lo intento. Ven cómo me voy esforzando día a día y cómo me voy superando y creo que eso es positivo para ellos”, afirma Julia, una de las participantes del taller del colegio Ramiro Soláns.
Durante las sesiones y, con la ayuda de las formadoras de la Fundación San Ezequiel Moreno que son quienes se encargan de impartir las formaciones, elaboran encargos y adquieren competencias profesionales a través de un temario especialmente diseñado para ellas que combina formación en patronaje, corte o ensamblaje (a mano y a máquina) y competencias destinadas a promover su inserción y emprendimiento laboral.
Al mismo tiempo, se busca fomentar su participación activa en los centros y en el proceso educativo de sus hijos e hijas; por ello, los talleres se realizan en los colegios donde están escolarizados. Durante este tiempo, han colaborado en la elaboración de disfraces para las actuaciones de los centros lo que les ha permitido fomentar su integración en la comunidad escolar y a nivel social.
Todo ello bajo el paraguas del aprendizaje colaborativo ya que cada taller dispone de un equipo motor compuesto por cinco mujeres con conocimientos previos de costura que se encargan de apoyar al resto de participantes.
Al margen de los equipos motores, todas están involucradas desde el principio hasta el fin de todo lo relacionado con el taller y el proyecto, para ello se organizan en comisiones donde detectan dificultades a las que se enfrentan y buscan soluciones de forma conjunta. Existen cuatro comisiones: ‘Lazos y afecto’, que es el encargado de controlar el clima interno y la gestión del equipo; ‘Entramados, déjate que te cuente’, que busca espacios para dar a conocer el proyecto; ‘Lo bordamos’, que controlan la calidad de los productos; y ‘Sostenibilidad’, donde buscan oportunidades de venta.
Hilvana en la Aragón Fashion Week
Marzo de 2019 fue un mes importante para las mujeres que forman parte de esta iniciativa: oficialmente presentaron Hilvana, la marca de productos de moda a través de la que se comercializarán en un futuro cercano las prendas y complementos que elaboren.
El escenario escogido para su presentación oficial fue la Aragón Fashion Week 2019. Cinco jóvenes diseñadores y diseñadoras presentaron sus diseños en la pasarela realizados con telas de estampados diseñados por las mujeres de ‘Hilvanando culturas, confeccionando su futuro’. Estos estampados fueron diseñados hace semanas en un taller específico en el que contaron con la ayuda de profesores, alumnos y alumnas de la Escuela Superior de Diseño de Aragón (ESDA).
Todo ello gracias al apoyo del Gobierno de Aragón, el Centro Aragonés de Diseño Industrial (CADI) y la ESDA, cuya colaboración con Ayuda en Acción para este proyecto continuará después del desfile mediante acciones de branding, promoción, definición de productos y formación.