Los manglares son ecosistemas protegidos y considerados como áreas de preservación permanente debido a su escasez y a los beneficios que aportan. Los podemos encontrar en más de 100 países del mundo, aunque solo ocupan el 0,1% de la superficie del planeta. Aun así, su función es vital para el medio ambiente: tienen una función relevante que genera beneficios ambientales no solo para las especies marinas, sino que ayudan a las comunidades costeras a defenderse de los fenómenos naturales.
Ayuda en Acción trabaja mano a mano con el Fondo de Inversión Ambiental de El Salvador (FIAES) para fortalecer e implementar acciones que faciliten la conservación de importantes bosques salados en la costa salvadoreña. Estamos trabajando para fortalecer e implementar el manejo sostenible y la restauración del bosque de manglares en El Salvador a través de mecanismos de autorregulación:
- Planes Locales de Aprovechamiento Sostenibles (PLAS).
- Técnica de restauración ecológica de manglares (REM): con esta técnica hemos intervenido en seis kilómetros de manglar, pasando la meta proyectada de cuatro.
- Acciones de descontaminación.
La restauración de manglares de El Salvador es fundamental para afrontar los efectos del cambio climático. Y dentro de nuestras áreas prioritarias de trabajo están las zonas aledañas al Estero de Jaltepeque y la Bahía de Jiquilisco.
Objetivos de nuestro proyecto de restauración de manglares en El Salvador
Un primer objetivo fundamental dentro de nuestro trabajo de conservación de manglares en El Salvador es la implementación de procesos de restauración en el bosque de manglar en el sitio Ramsar de Estero de Jaltepeque. Mediante la técnica de restauración ecológica de manglares nuestros equipos trabajan para incrementar los servicios ecosistémicos y recuperar áreas degradadas del bosque salado. Gracias a nuestro trabajo en la zona estamos beneficiando a 1453 menores (766 niñas y 687 niños) y 3396 personas adultas (1746 mujeres y 1650 hombres) que habitan en nueve comunidades de los Sectores La Balsa, sur de Escuintla y suroeste de San José de La Montaña del sitio Ramsar Complejo Jaltepeque.
Un segundo objetivo es el fortalecimiento y la implementación del manejo sostenible y la restauración del bosque de manglar a través de mecanismos de autorregulación mencionados anteriormente (PLAS o REM y acciones de descontaminación). En este segundo objetivo beneficiamos a 2091 menores (1063 niñas y 1028 niños) y 2447 personas adultas (1231 mujeres y 1216 hombres) que viven en 18 comunidades de los Sectores Occidental, Cuche de Monte y Puerto Ávalos de la Reserva de Biosfera y Sitio Ramsar Xiriualtique-Jiquilisco en el departamento de Usulután.
Además de estos dos grandes objetivos, también trabajamos en la restauración de 3500 hectáreas de manglar. Lo estamos consiguiendo gracias a acciones de aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y la rehabilitación de flujo hídrico en cuatro kilómetros de canales en el municipio de Jiquilisco.
Participación de las comunidades en el cuidado de los manglares
Para Ayuda en Acción el trabajo de interacción y trabajo con las personas de las comunidades es clave. Con ellas hemos realizado acciones de limpieza y desatasque de 27 kilómetros de canales de los estuarios en los sectores de Zacatecoluca y El Astillero.
Geovanny Díaz, uno de los beneficiarios que ha participado en la limpieza de los manglares, asegura que han trabajado sacando madera y basura para garantizar la dinámica de fluidez del agua. De esa forma, los manglares trasladan los nutrientes necesarios para el buen desarrollo de estos espacios. Además, cuenta, evacúa el agua de lluvia que se estanca en algunos puntos donde el manglar es más bajo: “este proyecto ha favorecido y facilitado el esfuerzo que desde hace años veníamos esperando desde las comunidades: hemos conseguido actualizar el PLAS”.
Pero tan importante es trabajar sobre el terreno para conseguir los objetivos como sensibilizar a las personas que son protagonistas del cambio. Desde el comienzo del proyecto hemos conseguido sensibilizar a 5749 personas que ya están llevando a cabo acciones de rehabilitación de manglares en El Salvador. De esta forma, ya son dos las hectáreas reforestadas y otras 6000 que están en proceso.
Mª Alicia Tobar ha participado en la elaboración de los planes locales de aprovechamientos sostenibles. Ha estado en grupos de trabajo en los que se ha sentido escuchada: “no es lo mismo que nos tengan en cuenta a que vengan con unos papeles pensados desde la oficina y que tenemos que poner en marcha como ellos dicen”.
Tony Navarrete, también beneficiario, piensa que las capacitaciones realizadas en el marco del proyecto han sido muy beneficiosas para la comunidad: “nos ha hecho entrar en razón, a veces las personas hacemos daño sin saberlo y estas capacitaciones nos han abierto los ojos ante muchas prácticas que eran perjudiciales para el medio ambiente y que las hacíamos sin saberlo”. Cuenta que desde hace años en las comunidades se habían identificado problemas, pero no se había trabajado en la organización comunitaria para intentar darles solución a los mismos: “ahora estamos legalizados como comités de medio ambiente”.
Este proyecto también ha permitido trabajar otros temas como la pesca (se han establecido una serie de tallas de pescados para evitar sacar demasiado pequeños o demasiado grandes, habiéndose establecido una figura de monitoreo) o la conservación biológica a través de técnicas ecológicas comunitarias como el tratamiento de aguas grises domiciliares.
(*Artículo elaborado con Emma Josefina Ramírez, responsable de comunicación en El Salvador)