Contra viento y marea y a pesar de la pandemia, cientos de mujeres inician el arduo proceso de preparación de medusas para exportarlo al mercado internacional después de un largo periodo de veda. ¡Hoy queremos abrir tu mente para que conozcas las medusas miskitas y cómo estas salvan la economía de miles de familias!
Las medusas: entre el equilibrio ambiental y la generación de oportunidades
Las medusas llevan mucho tiempo en la tierra. La antigüedad de estos seres vivos aún es incalculable aunque se sabe que puede ser más de 400 millones de años. Durante todo ese tiempo su misión ecológica ha sido mantener en equilibrio la población en el mar, ya que se alimentan de huevos de peces. Sin ellas se desprendería una sustancia llamada zooplancton que no es beneficiosa para el ecosistema.
Actualmente el impacto negativo que el ser humano está provocando en el planeta afecta también a las medusas tanto en su distribución como en su proliferación. Los incrementos en las proliferaciones de medusas se ven relacionadas con una mayor temperatura del agua, introducción de especies invasores y aportes de nutrientes.
Pero el papel de las medusas no se limita a lo medioambiental, sino que también generan oportunidades para miles de familias miskitas que ven en ellas esperanza y un camino para salir adelante.
En la Muskitia hondureña, una de las zonas prioritarias en el trabajo de Ayuda en Acción, desarrollamos iniciativas que fomentan en los productores una mayor responsabilidad ambiental al mismo tiempo que conserva el método artesanal de pesca.
Las medusas generan calidad de vida
Hoy en día unas 4.500 familias miskitas dependen de la exportación de medusas. Pero no todo el tiempo fue así. Hace menos de una década estas mismas familias no tenían esperanzas de tener una fuente económica para vivir. Ahora, sin embargo, son parte de pequeñas empresas que capturan medusas y las exportan para finalmente ser servidas en restaurantes europeos y asiáticos.
Estas familias, que viven en el sistema lagunar del departamento de Gracias a Dios (municipios de Brus Laguna, Ahuás, Puerto Lempira y Ramon Villeda Morales) generan al país unos 2,5 millones de dólares cada año por las ventas de unas mil toneladas de medusas.
Unas 4.500 familias indígenas en Honduras viven de la exportación de medusas. Su pesca está transformando vidas de sectores hasta ahora olvidados. Clic para tuitear
En el reino de las medusas lideran las mujeres
Frente al sistema lagunar se pueden ver más de 180 estaciones con paredes de madera y techos fuertes que protegen de los rayos del sol. En estas estaciones trabajan miles de mujeres miskitas que procesan las medusas después de extraerlas del mar.
Cada una de estas mujeres se encarga de pesar las medusas y luego envolverlas en grandes cantidades de sal para colocarlas en varios contenedores. De este modo las medusas pescadas iniciarán su viaje rumbo a la ciudad hondureña de La Ceiba. Desde allí el viaje continuará a los mercados de Asia y Europa. En algún restaurante de Beijing alguien comerá una galletita de medusa y sabrá que ese sabor llega desde el territorio de la Muskitia hondureña.
Bessy Wood es una de las mujeres protagonistas de este proyecto. Nos cuenta que el dinero que recibe le permite “llevar alimento al hogar, asegurar la educación de sus hijos”. Ella no le tiene miedo a nada y se siente como toda una empresaria. Se puede ver en sus hombros y su tono de voz fuerte y decidido. De este modo, además de contribuir a mejorar las economías locales, hacemos posible un empoderamiento de sectores de la población que hasta ahora no habían sido tenidos en cuenta.
En este caso, las mujeres son las principales beneficiarias de este proyecto que apoya Ayuda en Acción en Honduras. No es casualidad. Johnny Varela, gerente de la empresa indígena de pesca KAUMA, dice que las mujeres invierten muy bien sus ganancias: “la mayoría tiene estudiando a sus hijos en colegios y universidades en las principales ciudades de Honduras”. Y es que las medusas hacen posible cumplir sueños y cambiar vidas a muchas personas que durante años han sido olvidadas, en este caso no solo por ser mujeres sino también por ser indígenas.
Ayuda en Acción y los pueblos indígenas
Ayuda en Acción desarrolla en varios países de América Latina proyectos destinados a poner en valor las tradiciones y culturas indígenas, fomentando además las economías locales y la educación.
Durante la emergencia de la COVID-19 hemos continuado dando respuesta a miles de familias indígenas en Honduras, dándoles capacidades para continuar su camino de empoderamiento a través de diferentes iniciativas empresariales que generan ingresos y empleos. De este modo, conseguimos traducir nuestros proyectos en una mejor calidad de vida para los pueblos indígenas. Porque juntos y frente a la crisis generada por la pandemia, también #SomosAyuda para los pueblos indígenas.