El Salvador fue el primer país de Centroamérica en decretar, desde el 11 de marzo, la suspensión de todas las actividades educativas y académicas presenciales a nivel nacional, días antes de confirmar el primer caso de COVID-19 en territorio salvadoreño. La situación continuará así al menos hasta el 31 de diciembre. Pero ante la adversidad, personas como la profesora Yaniksa se crecen. Hoy te contamos su historia para lograr que ningún niño o niña se quedase sin disfrutar su derecho a la educación.
Falta de acceso, el principal reto a salvar
De manera imprevista las jornadas de aprendizajes se trasladaron desde las aulas hacia el interior de cada hogar. Nacieron retos, temores, vacíos y obstáculos sobre cómo retomar la educación con la nueva dinámica digital y tecnológica.
Para el sector docente significó un enorme reto el hecho de garantizar esa continuidad y efectividad educativa con cada uno/a de sus estudiantes. Más aun teniendo en cuenta obstáculos como la falta de acceso a recursos digitales y tecnológicos de acuerdo a las realidades de cada zona. Y sin olvidar la falta de formación tecnológica del profesorado: la gran mayoría no estaban preparados para desarrollar su trabajo de manera virtual.
Ejemplo de ello es el Centro Escolar Cantón Llano de la Virgen, ubicado en el Municipio de Citalá, Chalatenango. El acceso a este lugar es irregular, no hay servicio de transporte y para poder llegar se necesita vehículo particular que recorra 46 kilómetros (que supone hora y media de camino) desde la ciudad más cercana.
Pero ahí no acaba todo: Citalá, como la mayoría de las áreas rurales, no cuenta con señal telefónica de fácil acceso a Internet y las familias tampoco tienen equipo tecnológicos necesario. Se estima que en El Salvador existen 300.000 estudiantes sin acceso a internet. Todos estos condicionantes impiden que los y las estudiantes envíen sus tareas o que ni siquiera ingresen a las plataformas correspondientes.
Para quienes no cuentan con Internet, el país ha rescatado y renovado la televisión educativa. Ahora la franja “Aprendamos en Casa” complementa la educación brindada a través de las guías impresas y las plataformas virtuales.
El principal reto del país es frenar el abandono escolar. A la espera del informe específico del Ministerio de Educación salvadoreño, se espera un aumento de las cifras de deserción escolar, principalmente en entornos rurales.
Yaniksa: mucho más que una profesora
Ante esta necesidad y urgencia de aprendizaje la profesora Yaniksa Lovos, también subdirectora del centro escolar, no pudo quedarse sin hacer nada. Desde casa se organizó para llevar a cabo estrategias que permitieran el apoyo escolar a sus 46 alumnos y alumnas.
La profe Yaniksa, como la conocen, decidió programar visitas periódicas para poder hacer entrega de las guías de trabajo casa por casa a cada uno de sus alumnos, a quienes también facilita los materiales necesarios para poder desarrollar las tareas (cuadernos, lápices, colores u otros). En cada visita a cada hogar, programa con ellos una nueva cita para así poder recibir las tareas ya elaboradas para corregirlas. Pero no lo hace ella sola: las revisa junto a los padres y madres de familia, así como con los niños y niñas.
A fin de que los niños no sientan interrumpido el año escolar nos ha tocado adaptarnos. Aquí no todos tienen celular, la señal es casi nula… Deben subirse a árboles o lomas para tener una señal semiestable. Por medio de estas instrucciones escritas que se le da casa por casa, estamos asegurando la educación del alumnado. Organizo el trabajo para un mes y luego me van enviando fotografías. Las revisiones son siempre personales.
Como decíamos antes, la profesora Yaniksa no solo envía tareas… Está pendiente de las necesidades de material escolar en cada familia, llevándole lápices, sacapuntas o cualquier otro material necesario para seguir aprendiendo: “No me pesa invertir en el material para que los estudiantes trabajen y tengan lo básico que necesiten para trabajar desde sus hogares”.
Educación: un reto en medio de una pandemia
Para Yaniksa toda esta nueva realidad también ha afectado su rutina familiar. El tiempo que dedicaba a su vida personal se ha visto interrumpido por la nueva jornada y el sobrecargo que supone este nuevo método de enseñanza que la profesora ha asumido debido a la pandemia de la COVID-19.
Con la llegada del Covid se ha afectado en lo emocional a todos, antes hemos salido con libertad, ahora, los niños están resguardados en sus hogares, el encierro, el estar solo con su núcleo familiar, eso a los niños a afectado enormemente, por eso es que muchos preguntan: ¿cuándo vamos a regresar?
En El Salvador hay unos 300 000 alumnos/as sin acceso a internet y nadie volverá a la escuela hasta 2021. Profesoras como Yaniska van casa por casa para lograr una educación de calidad. Clic para tuitear
Ayuda en Acción, junto al profesorado
La profesora Yaniksa sabe que la zona en la que trabaja es una comunidad olvidada por muchos sectores, pero no para el personal de Ayuda en Acción. En nuestra organización territorial, Citalá pertenece al área que llamamos Trifinio Fraternidad. Allí trabajamos desde 2018 desarrollando de forma continuada trabajos que garanticen los derechos de la infancia:
Ayuda en Acción ha puesto más que su tiempo al trabajar con los niños y las niñas. Juntos trabajamos para que puedan expresarse, jugar, desarrollarse en un ambiente que fomente la socialización… y todo es aún más difícil con las medidas de seguridad que hoy son necesarias. En una situación así, hemos sentido su acompañamiento y el de las personas que apadrinan: las familias han recibido kits de alimentación e higiene.