Nicaragua sufre la violencia contra las mujeres y niñas de una forma extrema. Hasta tal punto llegan los niveles de violencia que se corre el riesgo de naturalizar la violencia basada en género en toda la sociedad. Como organización que trabaja por los derechos de la infancia, nos preocupa de manera especial cómo ello puede repercutir en el futuro de millones de niños y niñas del país. Por eso creamos redes de jóvenes contra la violencia. Hoy la juventud es todo un referente para salvaguardar derechos.
La población juvenil de Jucuapa y Waslala lleva meses recibiendo formación para ser agentes de cambio contra la violencia hacia la infancia. Muchos niños y niñas de sus comunidades han aprendido a vivir con sus agresores. En muchas de las comunidades donde trabajamos, este tipo de violencia es aceptado con resignación en unos casos y silencio en otros. La creación de redes de jóvenes contra la violencia es importante en la medida en que la juventud puede llevar un mensaje de protección y convivencia a contextos en los que sus voces empiezan a ser escuchadas. A un paso de convertirse en personas adultas, experimentan su poder de transformación hacia entornos más seguros.
Violencia infantil, normalizada en los hogares que visitan los jóvenes
Según datos de la Encuesta Nicaragüense de Demografía y Salud (ENDESA 11-12), 1 de cada 5 padres de familia creen que la violencia física es una forma adecuada de educación infantil. Hay otros datos que hablan de que el 55% de los casos de violencia sexual son sufridos por menores de 14 años, la mayoría en sus propios hogares. La violencia hacia la infancia en Guatemala refleja también un método de violencia basada en género: la mayor parte de las víctimas son niñas.
Ante esta situación, Ayuda en Acción sigue impulsando programas y proyectos para promover y garantizar los derechos de la infancia en los lugares donde trabajamos. Uno de los focos de nuestro trabajo es la juventud y como tal estamos impulsando redes donde los y las jóvenes se alcen como referentes comunitarios y garantes de derechos de la infancia.
Redes de jóvenes frente a la violencia
En Jucuapa (Matagalpa), hemos conseguido capacitar a 30 jóvenes facilitadores/as en 13 comunidades. A través de metodologías lúdicas abordan el tema de la violencia con más de 340 niños y niñas en más de 20 escuelas. En estos momentos se hace un trabajo más a fondo con jóvenes de cinco comunidades donde hemos identificado mayor incidencia de casos de violencia.
En Waslala, por su parte, se establecieron 25 referentes jóvenes de 11 comunidades, que actúan identificando casos de violencia. Esta labor recae también sobre gran parte del cuerpo docente en lugares como Corredor Seco (Madriz), donde ya son 84 las maestras y maestros que saben qué pasos seguir en casos de violencia y cómo articular a la comunidad educativa para convertirse en espacio seguro.
Creación de redes de fortalecimiento institucional
En El Cuá, en el departamento de Jinotega, hemos sido capaces de conformar 18 estructuras de defensa de derechos de la infancia en 15 comunidades. Ejemplos de estas estructuras son redes de defensoría, grupos de autoayuda, redes de vínculo solidario y de protección. En esta comunidad se han formado 255 adolescentes, jóvenes y adultos solo en 2021. Muchas de esas personas adultas son docentes.
Este tipo de redes también las hemos constituido en el departamento de Matagalpa, en Tuma La Dalia, donde son ya 14 las redes de protección frente a la violencia, integradas por 168 personas (gran parte jóvenes).
Joseling, una de las participantes de la red juvenil contra la violencia
Joseling tiene 18 años y es una de las jóvenes que en Jucuapa participó en la primera fase de este proyecto. Antes de la pandemia, recorría casa por casa los hogares de su comunidad para hacer conscientes a las familias de la importancia de no convivir con la violencia.
En nuestras comunidades tenemos un rol en la prevención de la violencia. Jóvenes como yo construimos una comunidad mejor, con respeto, en la que haya una cultura de paz.
Pero su rol principal, con el resto de jóvenes de la red, se centra en las escuelas. Los niños y niñas aprenden a identificar situaciones violentas y a su vez, conocen las herramientas de las que pueden hacer uso para decir ‘no’. En este vídeo te explicamos mucho mejor nuestro trabajo.
Beatriz, joven trabajadora social, también lucha contra la violencia
A Beatriz la llaman profe los niños y niñas de la escuela pero no es docente, sino trabajadora social. Es otra de las jóvenes que forma parte de nuestros comités de vínculo solidario en Waslala. Es una de las regiones donde hemos identificado niveles más altos de violencia contra niñas, niños, adolescentes y mujeres.
En nuestros proyectos de redes de jóvenes contra la violencia trabajamos desde un enfoque integral que nos permite atajar diferentes tipos de violencia, tanto la comunitaria como la familiar y por supuesto, también la que ocurre en la propia escuela.
En los rincones cuenta cuentos que hemos creado con Ayuda en Acción trabajamos cómo prevenir el bullying y la violencia basada en género para que el niño o niña identifique señales de abuso o espacios donde pueda estar en riesgo. Pero también para que tengan identificados previamente en quiénes pueden apoyarse dado el caso.