Conceptos como realidad aumentada o inteligencia artificial ya no son un misterio para los chicos y chicas que participan en nuestro l@b rural de Soto de Ribera (Asturias), en el marco del proyecto L@bs4Opps. El cierre de los centros educativos en marzo por la expansión de la COVID-19 supuso un pequeño paréntesis en su formación. Sin embargo, durante 15 días, seis de ellos han dedicado las tardes a resolver retos tecnológicos del RiberA L@b con un doble objetivo: continuar potenciando sus capacidades digitales y despertar su interés por la tecnología. A continuación, te mostramos algunos de los trabajos que estos seis jóvenes de entre 12 y 17 años han desarrollado estos días.
Los retos tecnológicos del RiberA L@b
#Reto 1: la contraseña
¿Imaginas llegar a un taller y que tu primera actividad sea adivinar la contraseña para entrar en el espacio? Este fue el primero de los retos que Ismael, Christian, Alejandro, Nízar, Tamara y Palmira tuvieron que hacer frente el primer día. “Todas las tardes les proponemos una prueba que tienen que dar respuesta a partir de las herramientas que les damos en el l@b”, explica Javi Romera, de Valores Valientes, la asociación que se encarga de dar las formaciones y desarrollar nuestro proyecto en Asturias.
Y nos lanzan el reto de adivinarla. La clave tiene 10 letras, empieza por I y termina en A. ¿Te animas a descubrir la clave que no es incorrecta? ;)
#Reto 2: una app a la que no le gustan las palabras malsonantes
Otra de las actividades que han desarrollado estos días es la creación de una app. Entre todos los l@bers se encargaron de hacer el diseño y programación, incluyendo un listado de palabras prohibidas. De esta forma, el móvil avisa al propietario o propietaria cada vez que este emplea una palabra malsonante en su vocabulario.
#Reto 3: disculpas en realidad aumentada
“Hace unos días hubo un conflicto en el grupo y uno de los implicados se fue muy desanimado. Al día siguiente dio la casualidad de que este chico no pudo venir a la sesión. Así que entre todos y todas buscaron una forma muy especial para enviarle mensajes de disculpa y de ánimo”, relata Javi.
La idea no pudo ser más innovadora: crearon un cubo en realidad aumentada que albergaba ocho vídeos. Estos, que solo pueden verse a través de un teléfono móvil, escondían mensajes de cada uno de sus compañeros y compañeras.
#Reto 4: un robot lazarillo
Nada se les resiste a nuestros l@bers asturianos. Tampoco el crear un robot con sensores y programarlo de tal forma que tenga autonomía para moverse con independencia en un espacio concreto. Christian tiene claro para qué lo emplearía: “lo utilizaría como una especie de perro lazarillo para las personas invidentes. El robot podría guiarles y así ganarían en independencia”. Y es que los participantes de los laboratorios de L@bs4Opps siempre desarrollan proyectos que tienen un impacto social. De esta manera logramos que creen un vínculo positivo con el entorno en el que viven al mismo tiempo que descubren de forma práctica todo lo que pueden lograr a través de la tecnología.
#Reto 5: el examen final
El 15 de julio termina hasta septiembre del RiberA L@b. La actividad se despide, cómo no,resolviendo un último reto tecnológico. Como broche final harán un escape room. A través de pruebas aplican todo lo aprendido durante las semanas de la actividad para poder salir del aula.
RiberA L@b reabre sus puertas
A través del programa Aquí también apostamos por la innovación educativa en España para que jóvenes de barrios y poblaciones con menos oportunidades adquieran competencias digitales y habilidades para la vida. Esto es clave para su desarrollo personal pero también profesional, ya que la tecnología juega cada vez un papel cada vez más relevante.
Durante el pasado curso escolar, desarrollamos el proyecto L@bs4Opps en cuatro centros educativos de Palma de Mallorca, Monfero (A Coruña), Zaragoza y Soto de Ribera (Asturias) y cuyas sesiones tuvimos que suspender tras el cierre de los centros educativos por la expansión de la COVID-19. En el caso del l@b asturiano era el primer año en el que poníamos en marcha el proyecto y lo logramos gracias al apoyo del Ayuntamiento de Ribera de Arriba y la Fundación EDP.