Ángel Josué está encargado de armar el robot. Es ágil, tiene 11 años y pertenece al equipo The garden star, conformado por tres estudiantes del Colegio Cristiano Estrella de Belén, ubicado en Waslala, a 241 kilómetros de Managua, la capital de Nicaragua.
El equipo debe su nombre a su escuela y también a las funciones del robot con el equipo ha participado en las Olimpiadas Nacionales de Robótica. Tan pequeños pero en un trabajo coordinado desde hace meses, han conseguido crear un robot corta el césped, quita las hierbas y aparta las mariquitas que están en el camino. “Somos las estrellas del jardín”, dice con orgullo Ángel Josué.
La fascinación de este niño por armar rompecabezas lo llevó a integrar un club de robótica en su escuela junto con sus compañeros Mildred y Harving. Los tres conforman The garden star y ganaron el tercer lugar en la categoría Elementary en las Olimpiadas Nacionales de Robótica de 2022. En este evento participaron estudiantes de distintos departamentos del país provenientes de diferentes escuelas y universidades.
La robótica cambia vidas
La robótica le ha cambiado la vida a las niñas y niños de Waslala desde hace cuatro años gracias a proyectos que, con financiación de Ayuda en Acción, ejecuta la Fundación Madre Tierra (Fumat). Dichos proyectos han permitido el estudio y la aplicación de la robótica en diferentes asignaturas, así como la certificación de docentes.
Una vez a la semana los niños y niñas de los centros en los que se lleva a cabo el proyecto reciben clases de robótica alineándose al contenido curricular. Así lo explica el profesor Ovidio Gonzales Jarquín, director del colegio de Ángel Josué: “si van a estudiar ciencias naturales trabajan con máquinas simples; si van a ver conceptos de física, trabajan con máquinas motorizadas”, dice.
La niñez que pertenece a los clubes de robótica recibe clases extraescolares por las tardes, lo que implica también un compromiso de parte de las familias. En los últimos cuatro años en Waslala se han conformado 75 clubes de robótica que han participado en olimpiadas nacionales, regionales y locales.
Los Astronautas, un grupo liderado por una niña de seis años
En los clubes del Centro Escolar Rubén Darío, también de Waslala, están Brithgy, Wilmer y Diorela. Los tres forman el equipo Los Astronautas, que obtuvieron el segundo lugar en la categoría We-do en las Olimpiadas Nacionales de Robótica.
Diorela tiene seis años. Le gusta programar el robot y, a pesar de que es la más pequeña del grupo, es quien ejerce como líder natural. Le encanta el inglés y con la robótica ha mejorado mucho en matemáticas.
La profesora Martha es la coach y describe al grupo como activo, sociable y con altas capacidades en programación: “todos programan y arman el robot, pero hay unos que son más ágiles en algo en específico”.
En las Olimpiadas su reto fue complejo: el robot simulaba estar en una playa y debía rescatar a una persona que estaba ahogándose. Luego tenía que llevar una cámara a un visitante que se había perdido, trasladar el kit de primeros auxilios y posteriormente llevar a otro visitante a un lugar de seguridad. ¡Y todo en dos minutos! No fue una tarea fácil, pero Los Astronautas consiguieron hacerse del segundo puesto, solo superado por un equipo del Colegio Lincoln, de Managua.
“La robótica ha venido a revolucionar nuestra escuela. El lunes siguiente a la competencia los niños ya me estaban preguntando cuándo vamos a empezar a prepararnos para la otra competencia”, cuenta la maestra entre risas.
El proyecto también ha permitido que los indicadores de calidad educativa se vean favorecidos y que haya mejorado la permanencia de la infancia en los centros escolares.
En competencias de este tipo la niñez que participa arma su set de robótica, tiene metas que cumplir en determinado tiempo, programa su robot y ejecuta las orientaciones a través del lenguaje de programación que establece Lego Education. “Eso permite que entiendan la parte lógica y física de cómo interactúan las tecnologías dirigidas por el ser humano. La parte medular es que empiezan a entender las terminologías del lenguaje de programación, que usualmente se escuchan hasta en la universidad”, explica Ernesto Valera, presidente de WRO Nicaragua y gerente general de Comtech.
10 escuelas más implementan la robótica
Ayuda en Acción inició con el proyecto de robótica educativa en Waslala en 2019. “Este año hemos equipado con 104 kits de robótica a 10 escuelas de Totogalpa, Telpaneca, San Lucas, Yalagüina y Somoto, en el Corredor Seco del país; a escuelas de Waslala, en la Costa Caribe Norte (RACN); La Dalia, en Matagalpa; y El Cuá, en Jinotega, lo que impactará en el aprendizaje de 7,559 estudiantes y en la enseñanza que imparten 373 docentes”, explica Martha Verónica Rosales, gerente del programa de educación de Ayuda en Acción en Nicaragua.
Rosales agrega que la robótica está fundamentada en aprender haciendo: “la infancia que participa en este proyecto construye aprendizajes desde la práctica y llevan esos aprendizajes a su vida cotidiana”. El proyecto, además, fomenta las vocaciones científicas entre las niñas: al menos el 50% de participantes tienen que ser niñas. “Es una forma de contribuir a su empoderamiento”, dicen desde Ayuda en Acción en Nicaragua.
Marlon González, de Fumat, sostiene que “la robótica ha disminuido las brechas educativas en las zonas rurales porque estamos brindándole a niños y niñas acceso a medios tecnológicos”.
(*Artículo escrito por Patricia E. Cerna, responsable de comunicación en Nicaragua)