La salud en La Muskitia hondureña es clave para seguir impulsando el desarrollo económico de la región, con una población mayoritariamente indígena. Este último es el objetivo principal del proyecto PIAH, financiado por la UE y ejecutado por Ayuda en Acción, Funach, GOAL y Mimat. Juntos ponemos las bases para dinamizar las economías locales de pueblos indígenas y afrohondureños en La Muskitia. Pero ante el impacto de la COVID-19, el proyecto se ha reconducido para proteger la salud de la población sin perder de vista la economía.
Para ello, acabamos de firmar un convenio con la Región Sanitaria Departamental de Gracias a Dios para contratar médicos que trabajen en las unidades de salud en Puerto Lempira y Batalla en el municipio de Juan Francisco Bulnes.
A pesar de que el coronavirus llegó al departamento de Gracias a Dios más tarde que a otras regiones de Honduras, muchas personas creían que la lejanía y la falta de acceso haría imposible su avance. Pero llegó y evidenció las grandes desigualdades que existen.
Combinar medicina y tradición
Uno de los objetivos del convenio es la respuesta rápida a través de visitas casa por casa, siempre asegurando la distancia física pero nunca impidiendo el calor humano de cuidar la salud ante la COVID-19 y otras enfermedades. El personal médico contratado a través de este proyecto atiende a la población miskita para preservar su salud. En especial lo hace con los y las emprendedoras que son parte del proyecto PIAH.
“¿Nos da permisito de entrar a su casa y revisar su salud?” Es la pregunta que la Doctora Katherine Zapata realiza en sus jornadas domiciliarias. Algunos de sus pacientes son escépticos a la medicina porque sus ancestros les enseñaron que de la naturaleza proviene la vida y el bienestar. El proyecto respeta las creencias de la población indígena y toma en cuenta su experiencia: “combinar la medicina tradicional con la ancestral es necesario para la armonía de estos dos mundos”, dice la doctora Zapata.
El convenio también da asistencia a los centros de triaje donde se evalúan a los pacientes sospechosos de COVID-19. En dichos centros se realizan las pruebas diagnósticas y se da seguimiento cuando sea necesario.
La salud y el empuje económico indígena
Las poblaciones indígena y garífuna necesitan sistemas de salud que les permitan avanzar hacia un desarrollo económico sostenible
Evidentemente una comunidad sin acceso a un sistema de salud correcto y adecuado va disminuyendo la capacidad de actuación de las personas. Esto se manifiesta en la población miskita, donde conviven cuatro pueblos indígenas y un afrohondureño. La fragilidad de la salud tiene un efecto directo en la calidad de vida y también en el cumplimiento y garantía de los derechos humanos (Roberto Bussi, Director de País Ayuda en Acción, Honduras).
Los retos son grandes pero desde el proyecto PIAH y la comunidad tenemos la seguridad de que para alcanzar el desarrollo económico, la salud en la Muskitia es vital.
Ayuda en Acción y los pueblos indígenas y afrohondureños
Durante la emergencia de la COVID-19, desde Ayuda en Acción en Honduras no hemos parado. Hemos continuado dando respuesta a miles de familias, dotándoles de capacidades para que puedan empoderarse de sus propias iniciativas empresariales para generar ingresos y empleos que a la larga se traducen en una mejor calidad de vida para los pueblos indígenas. Porque juntos y frente a la crisis generada por la pandemia, también #SomosAyuda para los pueblos indígenas y afrohondureños.