A pesar de los últimos avances, la conquista de los derechos de las mujeres en Ecuador continúa siendo una asignatura pendiente. Lo saben muy bien Patricia Gálvez, Mónica Alemán y Cecilia Delgado, tres destacadas lideresas ecuatorianas con las que trabajamos desde Ayuda en Acción y que esta semana visitan España para dar a conocer la situación de las mujeres y las niñas en su país. Con ellas hablamos sobre los principales retos pendientes para erradicar la violencia machista en este país latinoamericano donde solo entre 2014 y 2018 fueron asesinadas más de 600 mujeres.
Acercar la ley a la calle
Uno de los principales logros en la lucha contra la violencia machista en Ecuador es la Ley Orgánica Integral para la Prevención y Erradicación de la Violencia Contra la Mujeres, en marcha desde finales de 2017. Frente a su antecesora, la nueva norma presta especial atención a la prevención, extiende el concepto de violencia de género más allá del ámbito familiar y pone el foco en la mujer como sujeto de derechos.
Sin embargo, para que la ley no se quede en papel mojado, insisten estas lideresas, la voluntad política y la sensibilización ciudadana resultan fundamentales. “Tenemos leyes muy buenas, pero son leyes escritas que no se conocen en la calle, sobre todo en las zonas rurales”, asegura Cecilia Delgado, defensora comunitaria de los derechos humanos de las mujeres en el país. También insiste en la importancia de destinar más recursos y simplificar el procedimiento para pedir ayuda y denunciar: “no es una atención ágil y efectiva. Algunas mujeres dejan a medias sus procesos y no llegan al final porque sienten una gran insatisfacción, les falta asesoría, acompañamiento…”.
Sensibilizar en igualdad de género
“Aunque pegue, aunque mate, marido es”. Mónica Alemán, presidenta del Grupo Parlamentario por los Derechos de las Mujeres, lamenta que este dicho popular aún represente la opinión de parte de la población ecuatoriana. Recuerda que tradicionalmente la violencia machista ha estado recluida al ámbito privado y ahora es muy importante apoyar a estas mujeres para que entiendan que “no tienen que esconderse”, conozcan sus derechos y exijan su cumplimiento. “Sus padres y madres les habían enseñado que los trapos sucios se la lavaban en casa y que todo quedaba dentro del hogar: el maltrato, la imposición, el abuso de poder…”, señala Cecilia, “ahora con las formaciones que impartimos en las comunidades estamos consiguiendo que cada vez más mujeres y hombres tomen conciencia de que estamos hablando de un delito”.
Garantizar la independencia económica de las víctimas
Además de tomar conciencia de la gravedad de los hechos, la independencia económica es fundamental para que estas mujeres puedan denunciar y comenzar una nueva vida sin poner en riesgo la manutención y educación de sus hijos. Gracias a proyectos como el que desarrollamos con el Centro Ecuatoriano de Desarrollo y Estudios Alternativos (CEDEAL), facilitamos la autonomía económica de muchas mujeres en zonas rurales a través de iniciativas como pequeños emprendimientos o créditos blandos, entre otras.
Disminuir las diferencias territoriales
Para entender la radiografía de los derechos de las mujeres ecuatorianas es importante preguntarse, ¿cuántos Ecuadores existen? La razón es que la implantación de esta ley y su conocimiento dista mucho en función del territorio y las clases sociales. Como señala Patricia Gálvez, fundadora y directora de CEDEAL, “mientras que en los municipios de gran tamaño los avances son mayores, en las zonas rurales la debilidad institucional es evidente”. La mayor vulnerabilidad la sufren las mujeres y niñas indígenas de la Amazonía ecuatoriana, quienes se enfrentan a la triple barrera de ser mujeres, indígenas y pobres.
Unificar las cifras de la violencia machista
Los últimos datos oficiales sobre violencia cometida hacia las mujeres en Ecuador corresponden a 2011. Además de la necesaria actualización, denuncia Patricia, urge unificar la información y crear un único procedimiento para registrar los datos. Hasta que esto suceda, estas lideresas nos recuerdan que ya existen cifras alarmantes que obligan a actuar, como que 6 de cada 10 mujeres de Ecuador denuncia haber sufrido algún tipo de maltrato o que más de 600 mujeres fueron asesinadas en el país entre 2014 y 2018.
Ayuda en Acción trabaja en Ecuador desde 1985 mejorando las condiciones de vida de casi 100 mil personas en las zonas más vulnerables.