Imagina un cole en el que no existen libros de texto, sino proyectos en los que se trabaja de forma colaborativa. Donde las clases no están limitadas al espacio físico de las aulas y los niños y niñas aprenden en el patio, la playa o la naturaleza. Y alumnos y alumnas de primero, segundo y tercero de primaria comparten la misma clase. Una escuela en la que las decisiones se toman mediante asamblea y que está abierta al barrio, contando con la participación de madres, padres y voluntarios en el día a día del centro y la formación del alumnado. Ahora intenta pensar en cómo puede ser la vuelta al cole de un centro de estas características en el contexto de la COVID-19.
Parece imposible, ¿verdad? Pero no lo es y así lo ha demostrado el CEIP Nuestra Señora de Gracia de Málaga, un pequeño centro con algo más de 200 alumnos y alumnas que participa en nuestro programa Aquí también. El reto que se les presentaba hace unos meses era monumental. ¿Cómo garantizar la seguridad del alumnado y los docentes y, a la vez, conservar su identidad? La solución vino de la mano de la propia comunidad. Equipo directivo, docentes, voluntariado y familias, de forma conjunta, repensaron el curso escolar en tiempo récord para estar preparados para la vuelta al cole. Maribel Serralvo y Mercedes Jiménez, directora y jefa de estudios, nos cuentan cómo lo han conseguido.
El CEIP Nuestra Señora de Gracia en Málaga afronta la vuelta al cole en 2020 con una reorganización de espacios y proyectos educativos innovadores. Clic para tuitear
Una vuelta al cole en la que ha participado toda la comunidad educativa
‘Todos a una como Fuenteovejuna’ parece que es el lema de este centro educativo. Y ante un problema de esta magnitud, no podía ser menos. “Primero establecimos pequeños grupos en los que estaban las 16 profesoras y profesores del centro donde fuimos buscando diferentes soluciones. De esta forma, entre todos vimos cómo adaptar nuestro modelo educativo al nuevo contexto”, explica Maribel.
También establecieron diferentes comisiones como la de patio, mobiliario o señalización. Y, como no podía ser de otra manera, involucraron en ellas a las familias. “Desde la última semana de agosto estamos manteniendo reuniones con los padres y madres y el AMPA. Ellos no solo han participado en la búsqueda de soluciones y han formado parte de estas comisiones, sino que también se han remangado para apoyarnos a la hora de pintar, reubicar el mobiliario, etc.”, destaca Mercedes.
Medidas de prevención frente a la COVID-19
Grupos burbuja
Precisamente, gracias al modelo educativo que desarrollan desde hace años, ellos han contado con una ventaja frente a otros centros a la hora de establecer los grupos burbuja. En cursos anteriores dividían el alumnado en tres ciclos: tierras bajas (que correspondía a infantil), tierra media (primero, segundo y tercero de primaria) y highlands (tierras altas en inglés, para cuarto, quinto y sexto). Dentro de estos de estos ciclos, los grupos eran flexibles y variaban según los momentos y actividades.
Ahora, por cada clase, han formado cuatro grupos burbuja que cuentan con su propio inodoro y lavabo. “Como los niños en nuestro centro están acostumbrados a moverse y a compartir clase con otros, no va a suponer una ruptura tan desgarradora”.
Comedor
Este curso escolar, 160 alumnos y alumnas hacen uso del comedor del colegio, la mayoría de ellos a través de becas comedor. Dada la situación de las familias del barrio -que en muchos casos han visto agravada su situación- el centro no podía dejar de dar este servicio. Cinco grupos burbuja comerán en su clase y dos harán uso del comedor escolar.
Digitalización de las aulas
Las nuevas aulas necesitan equipamiento tecnológico, por lo que han instalado pizarras digitales -dos de ellas las proporcionará Ayuda en Acción, a través del proyecto Redes en Acción-. De esta forma, podrán continuar con las conferencias que el voluntariado del centro organiza durante el curso escolar. Y, a la vez, están preparados ante un nuevo confinamiento, llegado el caso.
Adecuación de los espacios
Además de hacer una inversión importante en gel hidroalcohólico, mascarillas y dispensadores de papel, etc. había que adecuar el centro y para ello "estamos sacando el dinero de debajo de las piedras".En especial, era necesario adaptar uno de los espacios con más riesgo de contacto entre grupos burbuja: el patio.
Para señalizarlas han delimitado diferentes zonas que serán utilizadas por cada uno de ellos. “No queríamos que hubiera vallas que hicieran sentir a los niños y niñas que estaban encerrados. Por eso hemos utilizado elementos naturales que, además, podremos reutilizar en un futuro. En infantil, por ejemplo, hemos puesto unos huertos pequeños por cada uno de los lados, formando una valla natural”, describe Mercedes.
Clases al aire libre
Ya el año pasado instalaron una mesa de madera para hacer actividades al aire libre. Próximamente adquirirán más mobiliario que ubicarán en una de las zonas arboladas gracias al apoyo de Ayuda en Acción, ganando espacio a las aulas. Esta colaboración se enmarca dentro del proyecto Redes en Acción que desarrollamos en el centro con la ayuda de la Fundación Bancaria La Caixa y Fundación Cajasol.
En esta vuelta al cole atípica, el alumnado del centro contará con nuevas clases: el entorno urbano. “Esto va muy en la línea de lo que nosotros ya venimos trabajando desde hace tiempo. Nuestros alumnos y alumnas están muy acostumbrados a estudiar al aire libre ya que hemos utilizado el entorno natural como objeto de aprendizaje a través de proyectos e investigaciones. Pero ahora la idea es dar un paso más y convertir estos espacios urbanos en aulas al aire libre. El contexto actual nos ofrece la oportunidad de dar este paso”.
El 10 de septiembre se abren las puertas de este centro. Y, tras largas semanas de preparación, ya lo tienen todo listo para la vuelta al cole, demostrando que un modelo educativo de aprendizaje por proyectos es compatible con este contexto de pandemia. Ha sido un reto enorme ya que han tenido (una vez más) que reinventarse. Lo están consiguiendo gracias a la participación de toda la comunidad educativa y, en palabras de Maribel, “jamás hubiera sido posible sin su implicación”.