La educación como uno de los derechos fundamentales debe ser garantizada en igualdad de condiciones para todas y todos. Los Estados deben velar y garantizar espacios educativos de calidad, universales, gratuitos y con enfoque de Derechos Humanos.
En El Salvador la escuela pública no logra consolidarse como un pilar para el desarrollo de la infancia y la juventud. Desde hace años los principales retos son avanzar en la cobertura educativa de la primera infancia, mejorar la calidad educativa en todos los niveles acceso equitativo, el bajo rendimiento académico, la repitencia, la deserción escolar, la calidad de infraestructura y lograr una escuela libre de violencia. Estos retos se han agravado todavía más debido a la COVID – 19.
Para paliar la pérdida educativa generada tras 2 años de pandemia es necesario incidir en más inversión en educación con especial foco en los colectivos vulnerables; incrementar el acceso a las tecnologías y apoyo para su uso; dar formación para el profesorado y apoyo a la salud emocional. En la lucha por la mejora educativa, es indispensable que se involucren todas y todos los actores de la comunidad educativa: estudiantes, docentes y referentes familiares.