El Comité Derechos del Niño de Naciones Unidas describió a El Salvador como una sociedad violenta y vulnerable para la infancia, señalando la necesidad de adoptar medidas urgentes para la protección del derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo de la infancia y adolescencia, muy afectada por las pandillas, las maras, la violencia de género y la violencia sexual. Naciones Unidas apelaba también a la necesaria mejora de la salud de la población adolescente, el nivel de vida y la educación.
También según la ONU, entre 2010 y 2017, 4094 menores fueron asesinados. Se estima que el 40% de los menores sufría castigos físicos en su hogar. Además, 17 746 habían contraído matrimonio civil y, concretamente, el 61,6% vivían en el área rural. Un tercio del total de las embarazadas eran niñas de entre 10 y 18 años y muchos de estos embarazos eran el resultado de una violación. El aborto está penalizado en todas sus formas y, a pesar de la prohibición del matrimonio infantil, las uniones civiles son prácticas culturales muy extendidas, especialmente en zonas rurales.