Las principales áreas de nuestro trabajo son la educación, el empleo, el trabajo digno, la alimentación, la ayuda humanitaria y la lucha contra la violencia.
Si hablamos de infancia y juventud, trabajamos para lograr una educación de calidad que transmita valores, pero que, en sus etapas más avanzadas, potencie habilidades y prepare para la entrada al mercado laboral.
En cuanto a las economías locales, trabajamos sobre todo en el mundo rural apoyando a la población más vulnerable para crear cadenas de valor que les permitan avanzar hacia una transformación agroindustrial incorporando los productos que generan a diferentes mercados. Todo ello lo hacemos, además, construyendo capacidades que fortalezcan el tejido asociativo y las instituciones locales para promover una gobernanza inclusiva de los procesos productivos.
Para alcanzar la seguridad alimentaria llevamos a cabo proyectos que potencien el autoconsumo y la generación de ingresos, garantizando, además, el acceso al agua y a otras necesidades básicas vitales.
Asimismo, luchamos contra la violencia basada en género impulsando procesos formativos y organizativos para mujeres. Así, generamos espacios de diálogo y acuerdo de políticas orientadas a la prevención y protección a las víctimas.
Damos respuesta a situaciones de crisis humanitarias apoyando a personas refugiadas, desplazadas o migrantes en situación de vulnerabilidad de forma coordinada con agencias internacionales, organizaciones locales y administración pública.
Por último, trabajamos de la mano de plataformas y asociaciones que combinan los esfuerzos de la sociedad civil, los sectores públicos y el mundo académico para lograr objetivos comunes que promuevan el desarrollo social, ambiental y económico.