Alrededor de 462 millones personas en África aún viven en situación de pobreza extrema en 2023 (Banco Mundial). Durante 2023 el continente se ha enfrentado a varios desafíos de desarrollo relacionados principalmente con la inestabilidad política, los conflictos armados y el aumento de la violencia, sin olvidar los efectos negativos del cambio climático. Todo ello ha afectado de manera importante al crecimiento del continente, incrementándose los desplazamientos forzosos de personas a niveles sin precedentes.
En 2023 África ha estado marcada por el empeoramiento de la situación de seguridad en todos los países donde trabajamos: el golpe de Estado en Níger (junio de 2023), la reactivación del conflicto en Etiopía en agosto o el repunto de ataques de Grupos Armados Radicales en el norte de Mozambique. Todo hace pensar que la situación de inestabilidad en cuanto a seguridad marca una tendencia que continuará también en 2024.
Además, África se ha visto severamente afectada por el aumento de la inflación debido al impacto en el continente de la crisis de Ucrania.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 20% de la población africana sufre algún tipo de desnutrición. Así, alrededor del 30% de la infancia africana padece retrasos en el crecimiento por tener unas dietas inadecuadas. La inflación de los precios internos de los alimentos sigue siendo alta en muchos países: en el 60% de los países de bajo ingreso los precios de los alimentos han aumentado más del 5%, afectando a la capacidad de las personas para acceder a alimentos básicos. Mujeres, niños y niñas son las principales afectadas, quedando expuestas de manera desproporcionada a la violencia y al hambre.
La falta de infraestructuras adecuadas como carreteras, redes eléctricas o sistemas de transporte es otro factor que obstaculiza el desarrollo del continente. Se estima que 660 millones de personas, la mayoría de ellas en África subsahariana, seguirán sin tener acceso a la electricidad en 2030. No obstante, existe un gran potencial en la producción de energía renovable, ya que es el continente con más países con mayoría de electricidad ‘verde’ ofreciendo grandes expectativas para el futuro.