Desarrollamos cadenas de valor sostenibles y reforzamos la producción del mijo y la cebolla violeta de Galmi. Damos apoyo en sistemas comercialización para acceder a mercados locales, nacionales y regionales. Fomentamos la creación de empleo en las etapas de producción de alimentos, especialmente en las zonas rurales, a través de la implantación de nuevas tecnologías y protocolos innovadores. Contribuimos así a la estabilidad en contextos de inseguridad y a la reducción de la migración.
Garantizamos el acceso sostenible a alimentos y aseguramos el acceso continuado a productos fortificados en los mercados locales de la población refugiada, desplazada y de acogida. Además, apoyamos la creación de estructuras sanitarias y cantinas escolares que se ajusten a los hábitos alimentarios locales y sean asequibles a toda la población.
Reconocemos el papel fundamental de las mujeres y, por eso, les proporcionamos formación específica en técnicas de producción, uso y mantenimiento de equipamiento, técnicas de calidad y gestión de unidades de fortificación. Promovemos su participación en acciones relacionadas con seguridad alimentaria, liderazgo y participación en los espacios de toma de decisiones en la vida pública.
Impulsamos estrategias que promueven la cultura de paz, la solidaridad y la participación ciudadana.
En cuanto a poblaciones desplazadas, refugiadas y de acogida, trabajamos para dar apoyo psicosocial y reforzamos los sistemas de protección y cohesión social existentes. Además, realizamos acciones de integración y coexistencia pacífica y sensibilizamos para la detección, acompañamiento y referencia de casos de vulneraciones de derechos.
Distribuimos cupones de alimentos de urgencia y fortificados, y acciones de “transferencias directas de dinero” y “dinero por trabajo” y apoyamos a población refugiada atendiendo necesidades inmediatas ante las crisis alimentarias.