Mozambique es uno de los países más empobrecidos del mundo. El 60% de la población vive en situación de extrema pobreza. Igualmente, está especialmente expuesto a los efectos del cambio climático: en el índice de riesgo climático que evalúa a 180 países, Mozambique ocupaba el quinto puesto para el periodo 2000-2019.
El promedio de edad de la población es de 17,6 años. La esperanza de vida media en Mozambique es de 65 años para las mujeres y de 59,1 años para los hombres y la mortalidad infantil de menores de cinco años es de 61,1 por 1000 nacimientos.
La tasa de alfabetización es del 60% en el país, con especial incidencia en las mujeres, que alcanza el 50%. Los centros escolares disponen de infraestructuras deficientes y el personal docente tiene escasa formación. El absentismo escolar de la infancia, especialmente de las niñas, es un problema frecuente.
El 80% de la población vive de la agricultura de subsistencia. Sus posibilidades de acceso al mercado son muy limitadas debido a las grandes insuficiencias en las infraestructuras de transporte, suministro de energía, servicios y una productividad muy baja. El 95% de la producción agrícola es de secano, estando muy expuesta al cambio climático y a la estacionalidad de las lluvias.
Las condiciones de empleo están dominadas por el trabajo irregular, inestable, mal remunerado, precario y con alta rotación. Gran parte de la masa laboral tiene que participar en múltiples actividades para garantizar su sustento.
A causa del conflicto armado en los distritos del centro y norte de Cabo Delgado se estima que más de 6000 personas han muerto y más de un millón han sido desplazadas. La falta de alimentación, abrigo, agua potable, higiene y saneamiento y protección están agravando las condiciones de pobreza y vulnerabilidad de las personas.