Europa terminó 2023 como un episodio más de la serie de malabarismos que enfrenta la juventud en este mundo de incertidumbre provocado por la precariedad. Para la mayoría ya se estira demasiado en el tiempo. Como si ser joven nunca se acabara, o sí, pero solo para lo bueno. Demasiado esfuerzo en la cuerda floja para la juventud que sigue haciendo equilibrismos entre el paso del tiempo, las expectativas frustradas y la realidad. Porque a pesar de las mejoras, los datos de desempleo y precariedad son insistentes. La tasa de paro de la población de 16 a 29 años casi dobla a la de la población de 16 a 64 años, que tampoco es buena. Pero, además, atrevámonos con las preguntas incómodas: ¿de qué tipo de empleo hablamos?, ¿hay realmente para todos y todas?, ¿es acorde a las expectativas y esfuerzos?, ¿les permite acceder a una vida completa y digna, emanciparse, tener ocio?, ¿cómo impactará la apuesta verde y digital?
Lamentablemente no tenemos respuestas positivas y la realidad es aún más compleja que los números. La juventud se ha especializado en vivir en un funambulismo incierto, con equilibrios sobre cuerdas tensas que les permiten (o más bien impiden) desarrollar su futuro y potencial. El estudio sobre precariedad “Transiciones en desventajas” nos ha permitido conocer que solo un 23% de la juventud tiene un trabajo que considera “satisfactorio”, entendiendo esta palabra solo como parte de una transición exitosa desde sus estudios, o simplemente que les permita colmar sus necesidades básicas sin vivir en la precariedad.
Sus situaciones, aunque diversas y con gran heterogeneidad, tienen causas estructurales compartidas: desigualdad, educación, división sexual del trabajo, precariedad y bienes básicos inalcanzables. Y en casos como la vivienda, una necesidad básica para el desarrollo vital de una persona que empieza a ser adulta, es un salto imposible. Nuestros jóvenes no pueden emanciparse de media hasta los 30,3 años, y según estudios prospectivos esta situación empeorará si no se hace algo más.
Por eso desde Ayuda en Acción vamos a seguir impulsando la capacitación laboral de la juventud a través de nuestros programas que buscan favorecer la continuidad educativa y la empleabilidad de jóvenes estudiantes de formación profesional, en especial de quienes se encuentran en una situación de riesgo y vulnerabilidad social.