El departamento de Chiquimula forma parte del Corredor Seco Centroamericano, duramente afectado por periodos de sequía. La población chortí es un pueblo indígena descendiente de la civilización maya, cuyo centro cultural y político se situaba en Copán. De un total de, aproximadamente, 60 000 chortí, 52 000 habitan en el departamento de Chiquimula.
Existe una escasa disponibilidad, bajo acceso y uso inadecuado de alimentos y agua en la zona. La producción agropecuaria poco diversificada es insuficiente, ya que no es capaz de hacer frente a la variabilidad climática y está cultivada en suelos de muy baja calidad, no aptos para fines agrícolas. Además, las infraestructuras para la preparación de alimentos son precarias y existe escaso conocimiento sobre su elaboración y conservación, lo que afecta especialmente al correcto desarrollo de la infancia. La inseguridad alimentaria tiene su base en la pobreza estructural de las familias, haciéndolas más vulnerables ante el cambio climático y las crisis económicas.
La desigualdad de género en el acceso a los activos productivos afecta también a la seguridad alimentaria de las familias y al empoderamiento de las mujeres. Ellas no tienen apenas acceso al trabajo formal, a la propiedad de la tierra ni a activos financieros. Todo ello determina su desarrollo social y autonomía económica. Son las mujeres quienes cargan con el peso de las tareas relacionadas con la economía y los cuidados del hogar; sin embargo, el 84% de las ellas declaran que su principal rol es ser amas de casa, sin tener ninguna fuente de ingreso económico. De hecho, se constata que un 3% de mujeres que prestan servicios de oficios domésticos obtienen ingresos inferiores a 45 dólares/mes y que existe una tasa de analfabetismo del 47%.
Asimismo, el bajo nivel organizativo de las mujeres y el desconocimiento de sus derechos condicionan su capacidad para incidir en los mecanismos de toma de decisiones clave.