Promovemos entornos y medios de vida resilientes en las comunidades más vulnerables de Arsi-Oromía, reduciendo la inseguridad alimentaria, la migración y el desempleo juvenil
El distrito de Arsi, en la provincia de Oromía, tiene un gran potencial para la producción cerealista, caprina y ovina debido a sus condiciones agroambientales. Además, está relativamente próximo a centros de mercado y fábricas, no solo en Asella, su capital, sino también y, sobre todo, en Adama y Addis Abeba.
A pesar de esto, el este de Arsi presenta una gran precariedad de servicios, infraestructuras y herramientas para favorecer el desarrollo de la población y las entidades gubernamentales, no gubernamentales y comunitarias. Durante los últimos años ha sufrido el efecto del fenómeno de El Niño, que ha provocado una pérdida de medios de vida importantes.
En la actualidad, 17 165 personas (8030 mujeres) han estado recibiendo ayuda alimentaria del gobierno en siete kebeles (comunidades) de tierras bajas. Un total de 141 378 personas se ven afectadas por la escasez de lluvia durante la estación temprana de lluvias (datos de los gobiernos locales en Oromía). Otro aspecto destacable es la inexistente planificación y ejecución en cuanto a la gestión de los recursos naturales en la zona. No existe ninguna intervención o programa que dé respuesta al respecto.
También cabe destacar la inestabilidad social y política existente desde 2015, que no ha favorecido una mejora sustancial del funcionamiento de las instituciones, ni tampoco el desarrollo de la sociedad en su conjunto. Además, Arsi está considerada como la segunda zona en Oromía (después de Jimma) en cuanto a población migrante, con un flujo importante de personas que se desplazan de forma mayoritariamente ilegal a los países árabes buscando empleo como mano de obra no cualificada. Los principales países de destino son Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Qatar. Además de esto, también hay migración interna a Adama, Metahara, Mojo y otras ciudades en busca de oportunidades de empleo asalariado en diferentes fábricas de cuero, galletas y otras.
La intervención está encaminada a promover entornos y medios de vida estables para las familias y comunidades rurales afectadas por un clima extremo y por crisis económicas, políticas y sociales. Se busca que la generación de ingresos de las familias sea estable y digna, contribuyendo a responder a los principales retos en la zona: elevada migración, desempleo juvenil y niveles de inseguridad alimentaria, lo cual hace que la región esté entre las más vulnerables del país.
En base a la experiencia de Ayuda en Acción en la zona, se identificó la necesidad de aplicar metodologías y modelos innovadores para continuar promoviendo los medios de vida generados en intervenciones anteriores, impulsando medios alternativos y favoreciendo su sostenibilidad. Para lograrlo fortalecemos el capital disponible en la zona trabajando en cinco dimensiones:
a) capital humano: capacidades técnicas para el empleo, capacidades de resiliencia y capacidades para la comercialización.
b) capital natural: manejo integral de los recursos naturales para reducir el efecto de desertificación que vive la zona, reforestación y cosecha de agua para afrontar los períodos de sequía.
c) capital financiero: acceso a crédito, fomento del ahorro y dotación de garantía para acceder a productos financieros.
d) capital social: fomento de los vínculos entre la población de la zona y fortalecimiento de las estructuras comunitarias.
e) capital físico, favoreciendo el acceso al equipamiento e infraestructura necesarias para la mejora de la producción, el manejo postcosecha y la búsqueda de certificaciones.
Altamente calificada para brindar apoyo técnico en la formulación de políticas y el desarrollo de intervenciones prácticas en medios de vida resilientes, empresas sociales y cooperativas y empoderamiento económico transformador de mujeres incorporando masculinidades. Administradora de programas experimentada con un historial comprobado de liderazgo técnico en la expansión exitosa de programas y la gestión de subvenciones de alto valor en entornos complejos.
"Los ocho días de formación que recibí sobre habilidades para la vida, negocios básicos y gestión financiera me cambiaron la vida. Ayuda en Acción también nos ha apoyado con un capital inicial de 129 800 birr para nuestras cooperativas. Este verano plantamos jengibre y ahora lo estamos recogiendo. La enfermedad sigue afectando a la producción, pero, a pesar de ello, esperamos algún beneficio".
Dagninet Dacho, de 25 años, miembro de la Cooperativa Agrícola de Ajura Falls
"La formación en habilidades para la vida y el negocio fueron los puntos de inflexión de nuestras vidas. Puedo decir, en representación de los jóvenes de nuestra cooperativa, que además de un cambio notable en nuestros ingresos y en nuestras vidas, nuestra mentalidad ha cambiado para bien, nuestra confianza para cambiar nuestras vidas es inspiradora".
Elias Dalga, de 28 años, beneficiario de este proyecto.
“Ayuda en Acción nos formó para diseñar planes de negocio y adquirimos conocimientos empresariales que transformaron nuestras vidas y nuestra forma de pensar […]. También nos entregó capital semilla que nos sirvió para fortalecer la cooperativa y contar con fondos para seguir creciendo”.
Felekech Shako tiene 50 años y vive con sus nueve hijos en Frawocha.
“La formación en habilidades para la vida y nociones empresariales fue algo que cambió mi vida por completo. Me enseñó dónde estaba y a dónde quería llegar. Me han elegido presidenta de la cooperativa. Muchas personas ahora me respetan y confían en mí. Esto es un placer y una responsabilidad con las mujeres de a mi alrededor”.
Tinash Tadesse, de 22 años, está mejorando su economía gracias a la Cooperativa de Ahorro y Crédito Chama Himbecho.
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