“De mi experiencia en la escuela de Ollantaytambo me sorprendió que no solo es un lugar donde aprender o enseñar. Es el epicentro de la vida de la comunidad. Es también el lugar donde socializar y donde la juventud recupera la voz a través de un programa de radio en el que exponen semanalmente los problemas a los que se enfrentan”.
Carlos, voluntario en Perú