“La verdad que migrar hacia otro país no ha sido nada fácil. He buscado trabajo, pero hasta el momento no he encontrado nada”.
“Nosotras estamos solas en un país que no es el nuestro y lo que más necesitamos es que alguien nos escuche y oriente para tener una mayor seguridad emocional. Hay muchas personas de Venezuela que conocemos de aquí y que están deprimidas”.
Jasmine Monsalve, una ciudadana venezolana que hace tres años emprendió su viaje junto a su madre hacia la ciudad de Ibarra, localizada en el norte de Ecuador.