En el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra el 19 de agosto, Ayuda en Acción pide priorizar las acciones dirigidas a garantizar los derechos fundamentales de la infancia y la adolescencia en situaciones de emergencias humanitarias. El año 2024 ha vuelto a presentar grandes desafíos humanitarios, exacerbados por las guerras y las crisis actuales, como la climática o la alimentaria.
En este contexto, Ayuda en Acción quiere poner en valor el acceso a los servicios básicos en situaciones de emergencia humanitaria, especialmente el acceso a la educación. “A finales de 2023 advertimos ya en un informe que más de 224 millones de niños, niñas y adolescentes se vieron afectados por crisis humanitarias. La situación ha empeorado desde entonces debido a las situaciones de conflicto actuales, como los que suceden en Gaza o Ucrania”, explica Benjamin Thiberge, responsable de Acción Humanitaria de Ayuda en Acción.
En contextos de gran vulnerabilidad, impedir el acceso a la educación conlleva una doble penalización. Por un lado, tiene un efecto negativo directo al complicar el desarrollo de toda una generación. Por otro, tiene consecuencias a medio y largo plazo al privar a las regiones afectadas de competencias esenciales y necesarias, obstaculizando su recuperación posterior. “Además, las escuelas y los lugares de aprendizaje suelen ser islas de paz y seguridad para las niñas y niños que viven a diario en entornos hostiles, lo que afecta a la seguridad de la infancia”, añade Thiberge.
Por ello, invertir en educación en situaciones de crisis es invertir en la protección de la infancia. La educación proporciona un espacio de socialización y de desarrollo, pero también de seguridad y de preparación para el futuro de la infancia.
Siete millones de niños y niñas refugiados sin matricular
Los conflictos armados, la violencia, los desastres por fenómenos naturales y las emergencias provocan numerosas situaciones de desplazamientos forzados. Esto implica un riesgo mayor para la infancia, dado que el desplazamiento y las condiciones de movilidad humana impiden una asistencia regular a la escuela. Según los últimos datos de ACNUR, hasta 14,8 millones de niños y niñas refugiadas se encuentran en edad escolar. De ellos, más de la mitad de ellos no recibe educación formal.
Ante estas situaciones, las intervenciones educativas deben ofrecer apoyo y refuerzo para facilitar la reintegración al sistema educativo, así como valorar alternativas como la educación a distancia o adaptación de los currículos y procesos formativos. Además, cuando los niños y las niñas llegan a un país de acogida, se debe asegurar que tienen las mismas oportunidades y los mismos derechos que el estudiantado del país. “Hacen falta sistemas educativos inclusivos que brinden a los y las refugiadas el mismo acceso a la educación. Si no se da este impulso, se quedarán atrás”, incide Thiberge.
Peticiones sobre educación en emergencias humanitarias
En las situaciones de emergencias, el derecho a la educación debe ser garantizado. La educación protege el desarrollo y el bienestar de la infancia, además de proporcionar un sentido de esperanza en tiempos de crisis.
Por ello, Ayuda en Acción denuncia que la financiación actual para la educación en emergencias es insuficiente. En 2022, solo se cubrió el 26% de la demanda de financiación del sector educativo, y entre 2016 y 2022, solo el 3% del presupuesto total se destinó a la educación. Así, la organización hace un llamado a utilizar la diplomacia humanitaria para superar las barreras a la educación e impulsar medidas como:
- Asegurar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta a la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD). Un 20% debe estar destinado a la educación y un 10% de la AOD para Ayuda Humanitaria, y de este un 10% debe dedicarse a educación en emergencias.
- La supresión temporal de gastos asociados a la educación durante crisis humanitarias.
- El reconocimiento de acreditaciones y certificados obtenidos a través de oportunidades de aprendizaje alternativos.
- La eliminación de requisitos administrativos como la entrega de certificado de nacimiento durante la inscripción escolar.
En su compromiso por la protección de la infancia y la juventud, Ayuda en Acción aboga por una respuesta educativa urgente y sostenible en emergencia. Es la mejor garantía para fortalecer las oportunidades de la juventud en entornos y contextos especialmente vulnerables.