La independencia económica es fundamental para acabar con la desigualdad de género en todos los rincones del mundo. Hoy viajamos a Wolaita, en el sureste de Etiopía, para contarte cómo estamos apoyando la autonomía económica y el empoderamiento de mujeres como Felekech y Zinash. ¡No te pierdas sus historias de superación!
¿Cómo apoyamos la independencia económica de las mujeres en Wolaita?
La vida en Wolaita no es fácil. Es una de las zonas de Etiopía más castigadas por la pobreza, el cambio climático y la inseguridad alimentaria. La falta de oportunidades es una constante que obliga incluso a que niños y niñas con apenas 10 años abandonen su hogar y tengan que migrar de forma irregular para ganarse la vida. A este complicado escenario tenemos que sumar una pandemia más grave aún que la provocada por la COVID-19: la pandemia de la desigualdad de género.
La sociedad en la que viven Zinash y Felekech sigue dominada por el hombre. En entornos rurales y aislados como el suyo, la violencia de género está fuertemente arraigada y el papel de las mujeres sigue relegado al cuidado del hogar, la familia, la tierra o el ganado. Tener ingresos propios, opinar o tomar decisiones está fuera de su alcance en la mayoría de ocasiones. La violencia de género está fuertemente arraigada.
En Ayuda en Acción sabemos que una de las claves para romper con esta brecha de género en Wolaita es lograr la independencia económica de las mujeres. Por eso, apoyamos, bien creándolas desde cero o reforzando las ya existentes, dos instituciones del país dedicadas a su empoderamiento. Se trata de las Cooperativas de crédito y ahorro para mujeres (conocidas como SACCO, por sus siglas en inglés) y los Grupos de autoayuda para mujeres (SHG).
Hasta el momento hemos llegado a 11 cooperativas de este tipo y a más de 700 grupos, en los que participan más de 2700 mujeres. Gracias a estas cooperativas, las mujeres pueden acceder a préstamos para sacar adelante sus pequeños negocios y aumentar sus ingresos. Pero nuestro apoyo va más allá. También proporcionamos a sus miembros herramientas y formaciones sobre temas como desarrollo de pequeños negocios, gestión financiera de los mismos o empoderamiento de género, entra otros.
Pero esta ayuda, ¿de verdad está trayendo mejoras reales a la economía de las mujeres?, ¿cuál está siendo su impacto sobre la desigualdad de género? La respuesta a estas y otras preguntas está en las siguientes líneas.
Una independencia que ha transformado la vida de Felekech
Felekech Shako tiene 50 años y vive con sus nueve hijos en Frawocha. Este kebele, como se conoce a las unidades administrativas más pequeñas del país, cuenta con una cooperativa de crédito y ahorro para mujeres desde hace muchos años. Sin embargo, fue hace tres años, momento en que Ayuda en Acción comenzó a apoyarlas, cuando llegó la verdadera "transformación", asegura Felekech.
"Ayuda en Acción nos formó para diseñar planes de negocio y adquirimos conocimientos empresariales que transformaron nuestras vidas y nuestra forma de pensar [...]. También nos entregó capital semilla que nos sirvió para fortalecer la cooperativa y contar con fondos para seguir creciendo".
Las posibilidades formativas y de financiación -cada mujer puede acceder a un préstamo de hasta 5000 Birr, unos 100 euros-, hacen que esta cooperativa no pare de crecer. En solo tres años, casi ha doblado su número de miembros, pasando de 83 a 158 mujeres.
"Gracias a estos préstamos he comprado un buey por 45000 Birr. Lo estoy engordando y en unos meses preveo venderlo como mínimo por 10.000, lo que me permitirá tener más de 5.000 Birr de ingresos para seguir ampliando mi negocio y realizando pequeños intercambios comerciales", explica ilusionada.
Zinash: "Ahora somos respetadas"
Desde otro kebele vecino, llamado Himbecho, nos llega la historia de la joven Tinash Tadesse, de 22 años. Es una de las mujeres que está mejorando su economía gracias a la recién creada Cooperativa de Ahorro y Crédito Chama Himbecho, cuyo nacimiento hemos impulsado desde Ayuda en Acción a través de formaciones y una subvención de 300.000 Birr. Comenzaron siendo 60 mujeres, ahora ya son 120 y le proyecto no deja de crecer.
La formación en habilidades para la vida y nociones empresariales fue algo que cambió mi vida por completo. Me enseñó dónde estaba y a dónde quería llegar.
Gracias al apoyo financiero de la cooperativa, ahora ingresa un mínimo de 500 Birr por cada dos días que vende sus productos en el mercado, sobre todo cereales, fruta y café. Su independencia económica no solo le ha permitido comprar comida o ropa para ella y su familia. También, como muchas de sus compañeras, ha podido comprarse una casa con tejado de chapa de aluminio, mucho más segura que las tradicionales casas con techo de barro, que ahora sirven para resguardar al ganado.
Pero la economía no es lo único que está mejorando en la vida de Zinash. La mayor revolución tiene que ver son sus derechos. Unos derechos que, como el de sus compañeras, ya no se quedan en papel mojado:
Me han elegido presidenta de la cooperativa. Muchas personas ahora me respetan y confían en mí. Esto es un placer y una responsabilidad para con las mujeres a mi alrededor. Ahora tengo más seguridad en mí misma porque muchas personas acuden a mí en busca de consejo.
Los hombres de su kebele también están cambiando, asegura:
Es bastante común en la comunidad que los hombres peguen y abusen de sus mujeres. Esto ahora está cambiando. Las mujeres son ahora más respetadas en casa porque están demostrando que son un sostén vital para la familia.
Zinash se despide contando orgullosa cómo hay una palabra que ahora resuena con más fuerza cuando preguntamos por los derechos de las mujeres en su comunidad. Se trata de "bonchetida", que en lengua local significa "respetada".
Para que todas las mujeres sean respetadas, para que siempre puedan ejercer sus derechos, #SomosAyuda.