La mutilacion genital femenina, que resulta tremendamente dolorosa y que causa graves secuelas físicas (hemorragias, contagio de VIH, infecciones, muerte por distintas causas…) y psicológicas (ansiedad, baja autoestima, miedo…), sigue siendo legal en muchos países de la zona de África Subsahariana y del Sudeste Asiático. Sin embargo, poco a poco se van logrando avances a través de distintos programas de educación y concienciación que se han puesto en marcha en las comunidades, que son reforzados con propuestas alternativas como la distribución de packs anti ablación para compensar la dote, la celebración de otros ritos simbólicos, etc.
Anh, Kiria y Konsolata son tres jóvenes de Kenia que demuestran lo lejos que se puede llegar si no se violan los derechos de las mujeres y se respeta su libertad. Las tres comenzaron a formar parte de las campañas de Fundación Kirira ( socio local con el que trabaja Ayuda en Acción) cuando eran pequeñas: se evitó que fueran mutiladas y casadas a la fuerza y por consiguiente continuaron con sus estudios. Llegaron a la Universidad, donde estudiaron Magisterio y actualmente trabajan en una escuela de Tharaka. De pagar su sueldo se encargan los padres de los niños que acuden a esa escuela, ya que el gobierno keniano carece de fondos suficientes para mandar profesores a todo el país. Anh, Kiria y Konsolata se han convertido en figuras referentes para su comunidad, en mujeres empoderadas e independientes y en un ejemplo a seguir por todas las niñas.
Las tasas de mutilación genital femenina, más altas en los países con menor educación para las mujeres
Ayuda en Acción también trabaja en otras zonas de Kenia con Action Aid para evitar la mutilación. De nuevo la educación y la concienciación se convierten en las mejores herramientas para luchar contra la ablación. Así lo explica Valarie Didii, a quien quisieron realizar la mutilación genital femenina con 14 años. “Cuando tenía 14 años y estaba en mi último año en la escuela de primaria, se me consideró adulta de acuerdo con mi cultura y entonces mi abuela y algunos de mis amigos que estaban de acuerdo con nuestras prácticas, quisieron que me hiciera la mutilación genital femenina, pero yo me negué. Me aislaron porque me había negado, pero yo estaba decidida a no cambiar de opinión porque me habían informado de los efectos negativos de la mutilacion genital femenina durante las reuniones de nuestro club-foro de chicas”.
Valarie destaca el papel de Action Aid en su comunidad al organizar las tutorías para las jóvenes. “Estoy contenta de que mis padres apoyaran mi decisión después de explicarles la razón por la que me había negado a hacerme el corte. Durante mis vacaciones escolares, pasé tiempo con otras chicas que eran miembros del foro de chicas y que también se habían negado a la mutilación genital femenina.
Seguimos reuniéndonos, al menos una vez durante las vacaciones escolares, y participamos activamente en las sesiones de tutorías para chicas organizadas por ActionAid. Me alegro de que, gracias al club-foro de chicas, he hecho buenas elecciones en mi vida. Estoy decidida a seguir con mis estudios hasta la universidad y llegar a ser médico para poder influir en proyectos de desarrollo tales como acercar los centros de salud a los habitantes”, cuenta Valarie, que se ha convertido en un ejemplo a seguir dentro de su comunidad.
La educación, clave para luchar por la igualdad de género
En definitiva, la educación es la única forma de acabar con las violaciones de derechos de las mujeres y de luchar por la igualdad de género. Ayuda en Acción trabaja para que las mujeres y niñas tengan las mismas oportunidades que los hombres y puedan disfrutar de los mismos derechos, para así lograr una sociedad más igualitaria y capaz de luchar contra la pobreza. Por ello, permite que sean los socios y donantes los que elijan en qué proyecto colaborar.