En Colombia, como en el resto del mundo, una de las principales problemáticas que afectan a la vida de las mujeres es la violencia de género. Para luchar contra ella, Ayuda en Acción y Corporación de Desarrollo Solidario (CDS), con financiación de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) ha puesto en marcha un proyecto que promueve el ejercicio de los derechos humanos y la cultura de paz en cuanto a prevención y atención a este tipo de violencias.
A lo largo de dos años, el proyecto impulsará las capacidades de la población para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos en 20 comunidades de María La Baja, Mahate y San Juan Nepomuceno, todos ellos municipios del Departamento de Bolívar. En total, se alcanzará a más de 1600 personas. A través del proyecto promovemos mecanismos de autoprotección y cuidado mutuo al mismo tiempo que implementamos estrategias que buscan consolidar la paz en la región.
Nuestro socio local, CDS, trabaja a su vez con la Red de Mujeres Rurales del Norte de Bolívar. Entre todas las organizaciones implicadas fortalecemos además que las instituciones de base, municipales y departamentales, sepan actual ante cualquier caso de violencia de género que se produzca en sus comunidades, mejorando así sus rutas de prevención, protección y atención a víctimas.
Violencia de género: diferentes espacios, mismos objetivos
La formación y la atención adecuada a víctimas de violencia de género son claves en este proyecto. Por eso hemos establecido una alianza con la Universidad de Cartagena, la Escuela itinerante, a través de la que se proporciona capacitación en derechos humanos y cultura de paz.
Los hombres están claramente implicados en el proyecto, para que sean conscientes de las diferentes formas de violencia y sepan reconocer cuando ocurra algún caso en su entorno. Serán conscientes, además, de la importancia de asumir mayor responsabilidad en contextos domésticos y de la propia comunidad.
Otros espacios abiertos a través de este proyecto son los denominados Centros de escucha. Son espacios de sororidad y bienestar emocional para mujeres que ya han sufrido situaciones de violencia de género.
Además, se trabaja ya en impulsar una política de mujer y género, permitiendo que instituciones públicas como Policía, Secretaría de la Mujer, centros de salud o comisarías de familia puedan tener una mejor capacidad de respuesta cuando ocurran casos.
Otro espacio impulsado desde el proyecto es la asesoría psicojurídica, que orienta a las mujeres sobre cómo acceder a instituciones jurídicas o impulsa la creación de consejos consultivos que promueven la participación de las mujeres en espacios de incidencia y articulación institucional.