La pobreza en la zona de Wolaita es endémica y la inseguridad alimentaria y nutricional es una constante en las comunidades rurales de Wolaita debido a la falta de tierras, las plagas y las sequías. Para hacer frente a esta situación, en Ayuda en Acción se nos ocurrió entregar animales y semillas mejoradas para que quienes cuidan la tierra puedan reactivar las economías de sus familias y hacer frente a posibles situaciones adversas que se den en el futuro. Eso que nombramos con una palabra tan rara, la resiliencia, no es más que eso: la capacidad para superar la adversidad. Y nuestro trabajo, en eso, tiene mucho que ver.
Las aldeas rurales de la región de Wolaita tienen una densidad muy elevada: en un pequeño espacio viven muchas personas. Esto, unido a la escasez de tierras fértiles, hace que la agricultura familiar no pueda soportar las necesidades alimentarias de la población, cuya maltrecha economía tampoco les permite acceder a la compra de alimentos en el mercado tradicional.
La sequía: el gran problema en Etiopía
Y es que la sequía es uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la región: hace tres años provocó la pérdida de la mayoría de la producción agrícola. A ello se sumó una plaga de lombriz que generó la pérdida del 90% de la cosecha de maíz. La emergencia humanitaria no cesa en la zona.
La falta de alimentos no solo afecta a las personas, sino también al ganado, que acaba muriendo o sin dar los rendimientos esperados. Todo esto va mucho más allá de la falta de capacidad económica de las familias: también repercute en la alimentación y la educación de los niños y niñas de la zona, y en los peores casos, en la migración forzosa (de familias enteras o de menores en solitario). Cuando esto ocurre, la educación de los menores es lo primero que se resiente, porque los niños abandonan la escuela para migrar… y nunca acaban volviendo a ella.
Poco a poco vamos consiguiendo que los efectos de la sequía sean cada vez menos catastróficos en las familias de Wolaita, porque además de todo esto, estamos apoyando a las mujeres de la zona en situación de alta vulnerabilidad para que inicien proyectos de agricultura productiva. ¿Por qué a las mujeres? Porque gran parte de las familias dependen de ellas para subsistir. Es lo que pasó en casa de Toshe, mujer de la que dependen sus seis hijos: “Ahora puedo sacar un mayor rendimiento a mi tierra, además de alimentar a mis hijos con los productos que los animales dan”.