Desnutrición, inseguridad alimentaria, epidemias, inundaciones, sequías y movimientos de población aumentan la vulnerabilidad de millones personas que ya se enfrentan a la pobreza en Níger. Durante el 2023, 4,3 millones de personas en Níger, que representan alrededor del 17 % de la población, necesitarán una asistencia humanitaria.
La vulnerabilidad de la población y la debilidad de las instituciones, de la sociedad y de la economía, el estrés medioambiental y las crisis alimentarias recurrentes son agravadas por la falta de oportunidades económicas y de empleo para la población local.
El Departamento de Tillia está particularmente afectado por conflictos intracomunitarios y ataques terroristas perpetrados por diversos grupos armados. La proliferación de estos grupos supone una amenaza para la población local que, a causa de la violencia, se ve obligada a emigrar, instalándose en campos de refugiados o en comunidades de acogida.
Las crisis de seguridad causadas por el conflicto provocan importantes movimientos de población haciendo que regiones fronterizas como Tahoua y Diffa se vean particularmente impactadas. La vida cotidiana de las comunidades de acogida se complica aún más por la magnitud del desplazamiento, que afecta a los servicios básicos, los recursos naturales preexistentes y genera problemas de coexistencia y cohesión social con la población desplazada interna y refugiada.
Todo ello agudiza la situación de pobreza de la región, lo que repercute en la población más proclive a sufrir inseguridad alimentaria y nutricional y les empuja, por consiguiente, a emigrar, más aún en el caso de las comunidades rurales. Por otro lado, tanto la población local como la desplazada y/o refugiada es altamente vulnerable, lo que repercute negativamente en la estabilidad y cohesión social.