El Salvador tiene 6 704 864 de habitantes de los cuales un 25,87% son menores de edad. El 22,8% de los hogares está en situación de pobreza; el 4,2% en pobreza extrema (Encuesta Hogares 2019).
Tiene una economía muy dependiente de la inversión extranjera, y muy vulnerable a desastres naturales (terremotos, huracanes). Los principales sectores productivos son: servicios, manufactura y actividad agropecuaria.
En este contexto registran elevadas tasas de casos de violencia sexual sobre niños, niñas y adolescentes, en concreto un 92% de los delitos sexuales se comenten sobre niñas y adolescentes y un 36,8% de los menores viven sin alguno o sin ambos padres.
Otro dato a tener en cuenta es el aumento de la emigración, El país lleva décadas experimentando el éxodo de personas que migran por la falta de oportunidades, por la inseguridad y el cambio climático.
Pero los obstáculos legales y las dificultas para establecerse en los países de acogida ha obligado a miles de personas a retornar a El Salvador, muchos de ellos son menores no acompañado que han tenido que volver tras ser deportados. El sentimiento de culpabilidad y las trabas para reestablecerse en su país y “recomenzar” de nuevo provocan graves traumas que exigen atención psicosocial.
Esta situación ha incrementado considerablemente los procesos administrativos, por lo que es necesario realizar toda una adecuación y equipamiento de las Salas Ludias para la poder atenderles.