Emprender un negocio, regularizar su situación migratoria o simplemente acceder a alimentos y medicinas básicas ha sido posible para más de 11 000 personas migrantes y refugiadas -en su mayoría venezolanas- en América Latina. Ha sucedido gracias a un convenio regional liderado por Ayuda en Acción que se implementa desde 2023 en Ecuador, Perú y Colombia.
En el marco del Día Internacional del Migrante, y ante la actual crisis migratoria, Ayuda en Acción pone el foco en América Latina. En la región la migración forzada continúa en aumento. Millones de personas se ven obligadas a desplazarse como consecuencia de la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.
Según datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V), en la región existen actualmente más de 21 millones de personas desplazadas por la fuerza. De ellas, cerca de 9,5 millones son desplazadas internas. La población venezolana continúa siendo una de las más afectadas. Se enfrenta a mayores barreras para acceder a empleo, regularización, salud y protección. Ocurre de forma agravada con mujeres y menores de edad.
En este contexto de creciente vulnerabilidad, Ayuda en Acción refuerza sus capacidades en el marco del convenio “Recuperación socioeconómica justa e incluyente de la población venezolana y de acogida”. El proyecto se implementa junto a la AECID, la Fundación WWB, el Banco Codesarrollo y Perspektiva. Tiene por objetivo fortalecer la integración económica, la protección, la cohesión social y la cultura de paz en tres de los países más marcados por los movimientos migratorios: Ecuador, Perú y Colombia.
Aunque el proyecto nació con un enfoque en la población venezolana migrante y refugiada, el agravamiento de la crisis migratoria regional ha ampliado su alcance. Actualmente, el convenio también acompaña a personas migrantes provenientes de Colombia, Haití, Chile, que atraviesan la región en busca de seguridad y condiciones mínimas para reconstruir sus vidas.
Mujeres, niñas y niños se encuentran entre los grupos más expuestos a los riesgos asociados a la migración, como la explotación laboral y sexual, la malnutrición y la falta de acceso a servicios de salud. Frente a esta realidad, el convenio ha logrado:
- - impulsar más de 374 emprendimientos.
- - facilitar acceso a crédito a 40 personas.
- - acompañar la regularización migratoria de 1057 personas.
- - entregar asistencias en efectivo a 1232 personas para cubrir necesidades básicas como alimentación, medicamentos y trámites de regularización.
“A nivel regional, el fenómeno migratorio y, en particular, la inmovilidad forzada, ha llevado a que en países como México, Perú o Ecuador se evidencie un rechazo hacia la movilidad ante la falta de garantías y confianza en las instituciones. En muchos casos, la permanencia se convierte en un mecanismo de protección frente a contextos limitantes. Nuestro reto es contribuir a superar estas barreras. También generar oportunidades claras para que la migración y el arraigo sean decisiones voluntarias y prósperas para las personas”, señaló Estefanía Gómez, Coordinadora del proyecto regional de movilidad humana de Ayuda en Acción.
Urgen políticas para la migración
Un estudio de Ayuda en Acción sobre inmovilidad profundiza en los factores que limitan la movilidad humana en la región, como la pobreza estructural, las responsabilidades familiares, las etapas del ciclo de vida, la falta de documentación y las experiencias traumáticas previas. Aunque el deseo de migrar existe, estas condiciones impiden que una parte significativa de la población pueda hacerlo. En países de América Latina, el porcentaje de personas que aspiran a migrar, pero aún no han podido hacerlo, se sitúa cerca de la mitad de la población: 45% en Colombia, 44% en México y 43% en Ecuador.
Ante este panorama, el estudio urge a repensar las políticas migratorias y de desarrollo. El objetivo de las mismas debe ser fomentar el arraigo y fortalecer la capacidad de elección de las personas. En esta línea, el informe propone:
- 1. Invertir en oportunidades de desarrollo local para quienes desean quedarse.
- 2. Garantizar vías legales y seguras para quienes deciden migrar.
- 3. Fortalecer servicios básicos, redes de apoyo y mecanismos de protección en zonas de alta movilidad.
- 4. Incorporar la perspectiva de derechos humanos en todas las políticas migratorias.
Ayuda en Acción reafirma su compromiso en el Día Internacional del Migrante con una respuesta humanitaria y de desarrollo que ponga a las personas en el centro. Pero que también fortalezca la capacidad local y promueva la inclusión y la protección de las comunidades migrantes y de acogida en toda la región.