Transformar la ganadería en una actividad respetuosa con el medio ambiente es uno de los objetivos que tenemos marcados en nuestro trabajo que llevamos a cabo junto a la organización local FIAES en el Golfo de Fonseca. Con el lanzamiento de la segunda fase del proyecto “Establecimiento de fincas ganaderas resilientes y bajas en carbono” seguimos avanzando en la implementación de prácticas sostenibles que buscan reducir el impacto ambiental de la ganadería cuidando además el entorno en el que se desarrolla dicha actividad.
Un compromiso con la ganadería baja en carbono
La ganadería tradicional ha sido fundamental para la economía de los municipios de San Alejo y Pasaquina, pero también es una de las actividades que más contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero. Con este proyecto, que abarca 300 hectáreas en esta región de gran riqueza natural, capacitamos a 200 ganaderos y ganaderas en sistemas silvopastoriles, una técnica que combina árboles y pastos en las parcelas para dar sombra y alimento al ganado, regenerar el suelo y reducir la huella de carbono. Así, no solo cuidamos el planeta, sino que también mejoramos las condiciones de producción de quienes dependen de esta actividad.
Protegiendo nuestros ecosistemas
Este proyecto no se queda solo en el campo: también apuesta por una conciencia ambiental que involucra a toda la comunidad. Durante la primera fase, desarrollamos campañas de educación ambiental, construimos seis biofábricas donde se enseña a preparar abonos naturales y establecimos medidas para prevenir incendios forestales en más de 500 000 m² de áreas protegidas. Estos logros iniciales reflejan el compromiso de todas las personas involucradas con la protección del medio ambiente, un esfuerzo que se fortalece en esta nueva fase con más capacitaciones y apoyo directo a productores y productoras.
De la comunidad, para la comunidad
Trabajar con los habitantes de 12 comunidades ha sido clave para el éxito de este proyecto. Ellos mismos participaron en diagnósticos ambientales, sociales y económicos, lo que nos ha permitido ajustar las prácticas a sus necesidades y prioridades. Andrés Aguilera, gerente de monitoreo de Ayuda en Acción, enfatiza que la participación de las comunidades es fundamental: “cada vez que lanzamos una nueva fase, estamos colaborando en el desarrollo y la sostenibilidad de esta labor. Para Ayuda en Acción son acciones que no solo deben verse en el corto plazo, sino que, con la estrategia adecuada, pueden traer beneficios a largo plazo”.
La ganadería sostenible, un camino de esperanza
Al avanzar en esta segunda fase, nos llena de satisfacción ver cómo la ganadería puede ser compatible con la protección de los ecosistemas locales. Como señala Roger Laínez, coordinador de proyecto de Ayuda en Acción para FIAES, “promover una ganadería resiliente es clave para minimizar los impactos ambientales. Queremos cambiar el chip desde lo local, creando una ganadería más consciente y en armonía con la naturaleza”.
Con proyectos como este, en Ayuda en Acción reafirmamos nuestro compromiso con el medio ambiente y con las personas que más dependen de él. En El Salvador estamos demostrando que es posible una ganadería sostenible, que protege nuestros recursos naturales y permite que las comunidades crezcan en armonía con su entorno. Junto a FIAES y las familias del Golfo de Fonseca, seguiremos trabajando por un futuro donde la ganadería sea parte de la solución, y no del problema.
(*Artículo escrito por E. Josefina Ramírez, responsable de comunicación en Ayuda en Acción en El Salvador, y Blanca Arnaiz, técnica de comunicación en sede central).