El futuro de Honduras lo construyen mujeres como las protagonistas de este post. Estanislao, Alba y Fanny son abuela, madre y nieta. Las tres son lencas, uno de los nueve pueblos indígenas del país, al que también pertenecía la famosa activista Berta Cáceres.
Viajamos a la comunidad de San Antonio, en el departamento de Lempira, para conversar con ellas sobre su pasado, presente y, sobre todo, el horizonte que dibujan para su comunidad.
Pasado, presente y futuro de las mujeres lencas en Honduras
¿Han mejorado sus derechos como mujeres e indígenas?, ¿su vida ahora es más fácil que antes?, ¿cómo imaginan su futuro? Conoce cómo han cambiado el rol de las mujeres lencas a través del testimonio de tres generaciones.
Un pasado marcado por la desigualdad
Cuando echan la vista atrás, Estanislao y Alba coinciden en una barrera común: la desigualdad de género.
La abuela Estanislao, de 62 años, solo estudió hasta tercer grado. Cuando su madre falleció, tuvo que dejar la escuela y quedarse en casa cuidando de sus tres hermanos pequeños. Por aquel entonces Estanislao solo tenía nueve años. A partir de entonces, sus tareas se centraron en cocinar, coser y ejercer de madre. Se casó muy joven y sufrió violencia por parte de su marido. En ese momento, nos cuenta, no había ninguna organización de mujeres que pudiese apoyarla, por lo que buscó apoyo de la iglesia y después de algunos años, respiró profundo, tomó fuerza y dejó a su esposo.
"En mis tiempos nadie sabía de organizaciones o redes de mujeres, solo nos dedicábamos a la casa, la cocina y atender al esposo”.
Alba también comenzó a trabajar duramente en casa desde los siete años: “mi madre nos ponía a lavar traste (loza), moler maíz, cocinar tortillas, recoger leña para el fuego, encender el fuego...”. Sus memorias de infancia tienen un sabor agridulce debido al sufrimiento de Estanislao:
"Recuerdo gran felicidad, pero había tiempos que me preocupada y me hacía sentir triste cuando miraba la vida que llevaba mi mamá, una vida tan amarga… Ella era discriminada y yo no decía nada, solo observaba y almacenaba esa rabia en mi corazón”.
Un presente de empoderamiento
Fanny tiene 16 años y de su madre y abuela ha aprendido la importancia de luchar por el empoderamiento de las mujeres lencas.
“Yo conozco bien mis derechos y también cuál es el proceso de denuncia que debo seguir si se vulneran”, afirma sonriente y segura.
Su abuela la mira orgullosa y añade: “ahora se escucha decir a las mujeres: voy para una reunión, una capacitación. Sus vidas serán diferentes, sin violencia y con participación".
Ayuda en Acción y el liderazgo de la mujer lenca
Alba es todo un ejemplo no solo para su familia, sino para toda la comunidad. Junto a otras compañeras, lidera la Red de Mujeres de Santa Cruz, destinada a posicionar el rol social y económico de la mujer lenca. Gracias a la gran labor de incidencia realizada por más de 300 mujeres, acaban de conseguir abrir su propia oficina.
Esta red es fruto del trabajo de Ayuda en Acción junto a la Cooperación Española y el Organismo Cristiano de Desarrollo Integral de Honduras (OCDIH) para hacer frente a los obstáculos que impiden a miles de mujeres ser protagonistas de su futuro. Servirá como espacio para formarse en temas como el emprendimiento, así como reunirse para dialogar y actuar a favor de sus derechos. También exhibirán y venderán sus productos como telares, repostería, huevos y carne, lo que les permitirá mejorar la situación económica de sus familias.
¿Cómo dibujan su futuro?
Cuando se animan a dibujar su futuro, pronto surge un denominador común: una comunidad más desarrollada que impulse el emprendimiento de la mujer.
Ese desarrollo se traduce en mejoras como tener más escuelas con salas tecnológicas, un centro de salud cercano a la comunidad, un instituto técnico y energía para todas las casas y negocios. La sostenibilidad también protagoniza sus dibujos, que reflejan variedades de semillas para cultivar, canales de agua, tierra fértil y rica en minerales o fincas de café ecológico.
Gracias al apoyo de Ayuda en Acción, aseguran, este futuro está más cerca que nunca. “Esta organización nunca jamás nos ha dejado, su acompañamiento está siendo fundamental, más ahora con los retos de la pandemia”, añade Alba al despedirse.
Seguiremos trabajando para fomentar el emprendimiento y la igualdad de género entre las poblaciones indígenas de Honduras. ¿El objetivo? Un futuro digno y sostenible para todas las personas. ¿Contamos contigo para lograrlo?