¿Qué ocurre cuando una mujer deja de creer que tiene oportunidades? La reflexión que debemos hacer como respuesta a esta pregunta, es el motor de cambio de nuestro trabajo. Por segundo año consecutivo y gracias a la colaboración de la Fundación Bancaja-Bankia Coopera ONG, 38 mujeres en Alicante han vuelto a sonreír y sentirse optimistas, en relación a la búsqueda de empleo, y han mejorado su autoestima. Esto lo hemos hecho gracias al proyecto Mujeres en Acción que hemos impulsado en cuatro centros educativos en los que Ayuda en Acción trabaja en Alicante en la Zona Norte. “El proyecto Mujeres en Acción en mi opinión significa abrir puertas, conocer gente y sentirme útil. Me siento muy segura ya que te da muchas oportunidades de seguir adelante. Me siento muy motivada y capacitada para afrontar la búsqueda de empleo y pienso que lo voy a conseguir, ya que valemos para eso y ¡Mucho más!”, explica una de ellas.
Este proyecto, se encuentra enmarcado dentro de un programa más amplio: Aquí también, que lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social en España dando apoyo a las familias que han visto reducidos drásticamente sus ingresos y se encuentran en riesgo de exclusión social. Nuestra meta es que exista una igualdad de oportunidades para los niños, niñas y adolescentes, pero también para sus familias.
En este contexto, destacamos nuestro proyecto ‘Mujeres en Acción’, que surge para promover la empleabilidad y el emprendimiento femenino y apoya el empoderamiento de mujeres en situación de vulnerabilidad social en España. Este proyecto se desarrolla en Alicante, Zaragoza, Palma de Mallorca, Vitoria y Madrid y, gracias a él, fomentamos las competencias de más de 200 mujeres para la empleabilidad y generamos redes de apoyo que les ayudan en su crecimiento personal.
En Alicante, las realidades de las mujeres que participan en este proyecto son diversas, pero todas ellas conviven con el desempleo o la precariedad laboral. Esta circunstancia afecta directamente al entorno familiar y, en especial, a la infancia. Por un lado, los ingresos son muy bajos o nulos, lo cual genera unas importantes dificultades para el sostenimiento de la unidad familiar; por otro lado, la falta de empleo incide directamente en su autoestima, las habilidades sociales y las relaciones con su entorno más próximo.
La principal finalidad de los talleres que organizamos en el marco de Mujeres en Acción es el fomento de la integración de mujeres que se encuentran en situación de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social. Y lo hacemos proporcionándoles un espacio de encuentro y aprendizaje colaborativo. Con ello, también tratamos de paliar las discriminaciones que sufren por el simple hecho de ser mujeres y tener asociada a su condición de género el rol de cuidadoras, por eso el eje transversal del proyecto es el empoderamiento de dichas mujeres, para conseguir el cambio social a nivel individual.
Como formadora, considero que los talleres suponen para ellas un microecosistema que les permite relacionarse con otras mujeres, generar redes de apoyo y espacios de convivencia y relacionales. En ello, las mujeres dejan de ser “la mujer de…” o “la mamá de…” y pasan a ser las protagonistas del momento, con nombres y apellidos.
Son mujeres que acuden a los talleres como un puzzle desordenado. Las cualidades las tienen, simplemente necesitan de alguien que las oriente y un espejo en el que vuelvan a reconocerse cuando se miran. En los talleres creado una pequeña familia, en la que las mujeres de cada grupo se sienten apoyadas por sus compañeras, sienten que ya no están solas. Siento que con el trabajo realizado estos meses hemos plantado la semilla, ahora debemos observar como crece.
Y todo esto mientras les damos formación laboral como monitoras de comedor escolar, lo que supondrá un impulso a la hora de encontrar trabajo. Estos talleres se han realizado en los centros educativos, que han sido un motor de cambio y optimismo para las mujeres.
Una de ellas en la evaluación final del proyecto compartía el siguiente testimonio: “el proyecto Mujeres en Acción me ha servido para abrir puertas, conocer gente que no conocía, no me imaginaba que me llevaría tan bien con ellas, cada vez que llega el día del curso me lo paso genial. Los conocimientos que hemos trabajado durante el curso me sirven para educar a mis hijos y para trabajar como monitora de comedor. Cuando estoy en casa con mis hijos, recuerdo las técnicas del curso y me ayudan para no perder la paciencia. A nivel personal, el curso es muy útil para buscar empleo pero también para entender mejor a las monitoras que están con mis hijos en el colegio y reconocer el trabajo que hacen con ellos. Me siento muy motivada y capacitada en la búsqueda de empleo y pienso que lo voy a conseguir. A diferencia de otros cursos, me ha parecido muy completo, no me imaginaba que haría prácticas. El trato con los niños y las monitoras del centro educativo fue genial. Quiero seguir adelante, porque me siento bastante capacitada”.