El retorno a casa tras un proceso migratorio puede ser un desafío tanto para las personas como para las comunidades que las reciben. En este contexto, la salud mental comunitaria y el bienestar psicosocial son factores cruciales para garantizar una reintegración sostenible. En El Salvador ambos factores están ganando protagonismo gracias al esfuerzo conjunto de organizaciones y comunidades. Descubre cómo este proyecto, puesto en marcha por Ayuda en Acción, está transformando vidas y sentando las bases para una sociedad más inclusiva.
La salud mental como pilar de la reintegración
El programa ‘Respuestas integrales sobre migración en Centroamérica’, implementado por Ayuda en Acción y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) con el apoyo de USAID, ha lanzado el proyecto 'Promoción de la salud mental y el bienestar psicosocial a nivel comunitario'. Este esfuerzo se centra en brindar herramientas prácticas a nivel local para abordar los retos emocionales y sociales que enfrentan las personas migrantes retornadas y sus comunidades.
Para llevarlo a cabo, el proyecto ha desarrollado una serie de acciones estratégicas que aseguran su sostenibilidad e impacto:
- Formación de líderes comunitarios: más de 100 líderes y lideresas locales han recibido capacitación especializada en salud mental. Estos facilitadores no solo brindan apoyo, sino que también sensibilizan a sus comunidades sobre la importancia de atender el bienestar emocional.
- Creación de redes interinstitucionales: estas redes conectan a las comunidades con instituciones clave, fortaleciendo los mecanismos de atención psicosocial y garantizando una respuesta integral.
- Rutas de atención personalizadas: cada comité comunitario cuenta con una hoja de ruta específica que detalla cómo identificar y atender casos de salud mental, permitiendo una intervención efectiva y ágil.
Impacto visible en las comunidades
Las personas participantes del proyecto coinciden en que esta iniciativa ha marcado un antes y un después: “este proyecto nos ayudó a redirigirnos como comunidad y a valorar nuestra propia salud mental", comenta uno de los facilitadores. Antes, la atención psicosocial no era prioritaria en muchos de los territorios beneficiados. Sin embargo, ahora se ha convertido en un elemento esencial para fortalecer el tejido social.
Además, las comunidades han observado una mejora en la cohesión social y el bienestar general. Los facilitadores han desempeñado un papel fundamental en generar conciencia sobre la importancia del cuidado emocional, no solo a nivel individual, sino también como colectivo.
Construyendo un modelo replicable
El éxito del proyecto no solo reside en los resultados obtenidos, sino también en su enfoque sostenible. Las estructuras creadas están diseñadas para perdurar en el tiempo, consolidándose como un eje de apoyo constante para las personas migrantes retornadas.
Por otro lado, el impacto positivo de estas acciones ha sentado las bases para replicar el modelo en otras regiones del país o incluso en otros contextos. La conexión entre los facilitadores comunitarios y las instituciones garantiza un sistema integrado capaz de responder de manera efectiva a las necesidades de la población.
Mirando hacia el futuro con salud mental
La promoción de la salud mental y el bienestar psicosocial es un componente esencial para la construcción de una sociedad resiliente e inclusiva. Este proyecto demuestra cómo el trabajo conjunto entre comunidades, organizaciones y entidades internacionales puede generar un impacto real y transformador.
En Ayuda en Acción seguimos apostando por iniciativas como esta, que no solo abordan las necesidades inmediatas, sino que también construyen un futuro sostenible para todas las personas.