La COVID-19 está amenazando la capacidad de resiliencia en las comunidades más empobrecidas. Esta es una de las principales conclusiones del informe (en castellano aquí) que acabamos de lanzar desde la red Alliance2015, de la que formamos parte.
A través de encuestas realizadas a 16.000 personas, el estudio ha permitido detectar los diferentes impactos y desigualdades generados por la crisis de la COVID-19 en 25 países empobrecidos. Los datos, recabados durante dos meses en 2020, han contribuido estudiar los efectos de la pandemia en sectores como la seguridad alimentaria, el agua y saneamiento (WASH), la educación o la generación de ingresos, entre otros.
Este enfoque multisectorial del informe no solo ofrece una completa radiografía de los diversos efectos de la pandemia en estos países. También constituye una eficaz herramienta para guiar las diferentes respuestas que ONG como Ayuda en Acción diseñemos para reforzar la resiliencia de las comunidades, es decir, su capacidad de reponerse ante los retos de la COVID-19. Así, como indica Antonia Potter Prentice, directora de Alliance2015: "el amplio número y distribución de participantes en las encuestas proporciona a los miembros de Alliance2015, otras organizaciones de la sociedad civil, gobiernos y donantes una robusta base empírica para adaptar y diseñar programas de desarrollo y acción humanitaria, así como medir su impacto".
Principales conclusiones del informe
Entre las principales conclusiones extraídas del informe, cuyo resumen en español puedes leer aquí, destacan las siguientes:
- Seguridad alimentaria: un 40% de las personas encuestadas ha experimentado un descenso en la cantidad y calidad de sus alimentos. La mayor parte de ellas vive en países situados en las posiciones más inferiores del Índice de Desarrollo Humano.
- Ingresos: tres de cada cuatro entrevistados han visto modificados sus ingresos debido a las políticas de control de la pandemia. Un 92% de ellos aseguran que sus ingresos han disminuido. Un 77% de los agricultores y agricultoras encuestados han perdido ingresos y la mitad achaca esta pérdida al parón de los mercados y la imposibilidad de vender sus productos.
- Salud: la salud ha empeorado tras la COVID-19 para un tercio de las personas encuestadas. Los retrasos o cancelaciones en las citas, así como las reducciones del tiempo de tratamiento han sido frecuentes, entre otras razones, por el miedo al contagio, los altos costes de la atención sanitaria o los tiempos de espera.
- Educación: dos tercios de los encuestados con hijos e hijas indican que el acceso de estos a la educación ha empeorado tras la COVID-19. En un 22% de los casos, aseguran que sus hijos e hijas entre cuatro y los 16 años no están recibiendo educación alguna. Otro dato relevante es que un 28% de los padres y madres encuestados no pueden asegurar que sus hijos e hijas vuelvan al colegio cuando este reabra.