En el marco del Día Mundial de la Juventud, que se celebra el próximo 12 de agosto, Ayuda en Acción quiere llamar la atención sobre la situación tan crítica que enfrenta la juventud en todo el mundo. Desde la crisis económica de 2008 hasta la actualidad, este grupo ha sido el más afectado por cada crisis. Han visto en sucesivos momentos su futuro comprometido.
La juventud sufrió más que ningún otro colectivo la crisis económica de 2008, siendo el más golpeado por el desempleo y la precariedad laboral. El impacto de la pandemia y de la guerra de Ucrania ha aumentado aún más esa vulnerabilidad. Muchos y muchas jóvenes se han visto forzados a abandonar estudios para incorporarse a un mercado laboral precario, mientras que otra parte del colectivo se ha visto gravemente afectada por conflictos armados y migraciones forzadas por situaciones económicas, climatológicas o de vulneración de derechos humanos.
“La juventud es el principal objetivo de los enfrentamientos en muchos conflictos. Sobre todo, las jóvenes, ya que la violencia contra ellas se utiliza cada vez más como un arma de guerra. Pero, además, es la juventud la que sufre mayor represión en las manifestaciones sociales, como en movimientos estudiantiles, de lucha por la igualdad de género o contra el cambio climático”, expone Alberto Casado, responsable de Incidencia de Ayuda en Acción.
En este contexto, la migración es la única salida para muchos y muchas jóvenes. Actualmente representan un 11% de este colectivo, pero según la experiencia de la organización, son la mayoría de las personas que inician el proceso migratorio, aunque posteriormente se hagan adultas. Pero en este proceso se enfrentan aún a más dificultades de las que ya tienen. Por ejemplo, xenofobia, racismo, riesgo de exclusión en las nuevas comunidades, menor nivel educativo, menos oportunidades de empleo y mayor posibilidad de caer o seguir en situación de pobreza.
Educación de calidad y empleo decente para acceder a la emancipación
Ante esta situación, es necesario reforzar las políticas mundiales para garantizar el acceso a educación de calidad y empleo digno y decente. Las necesidades para llegar a esto son muchas. Según los datos de Naciones Unidas, hasta 617 millones de jóvenes en el mundo carecen de conocimientos básicos en aritmética y de un nivel mínimo de alfabetización. Además, entre 2016 y 2030 la ONU calcula que se necesitan 470 millones de puestos de trabajo en todo el mundo para los y las jóvenes que van a acceder por primera vez al mercado laboral.
Por todo ello, es necesario que los Gobiernos pongan a la juventud en el centro de sus políticas, impulsando oportunidades para el colectivo. “Necesitamos políticas para el futuro de la juventud, pero primero políticas que cubran sus necesidades del presente. Los poderes públicos tienen que dar un papel activo al colectivo en la sociedad. Hay que escuchar sus reflexiones sobre la pobreza, los conflictos, la diversidad, el cambio climático o la migración forzada”, reclama Casado.
Para llegar a esta propuesta, son necesarias otras políticas como una escucha activa por parte de los gobiernos, políticas de empoderamiento y participación desde la infancia, espacios de participación activa y real e invertir en una educación de calidad que forme en conocimientos para una vida autónoma. Por destacar un dato, en el mundo, los y las parlamentarias menores de 31 años sólo son el 2,84% del total, frente al grupo más numeroso de mayores de 45 años que representan 46,62%. Si esto no cambia será difícil que las políticas miren a la juventud con franqueza y seriedad.
El trabajo de Ayuda en Acción
Estas propuestas son clave para Ayuda en Acción. Trabajamos para que la infancia y la juventud crezca en entornos seguros en donde puedan desarrollar un proyecto de vida. Para ello nos centramos en el desarrollo de sus habilidades para la vida y en la generación de capacidades y oportunidades.
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