Una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sido objeto de violencia física o sexual. Cada 18 segundos una mujer es maltratada. El 61% de las victimas de trata en el mundo eran mujeres y niñas en 2022, según los últimos datos oficiales. Y es que las cifras de la violencia de género son contundentes: nos muestran que el hecho de ser mujer supone un grave peligro en cualquier lugar del mundo.

Qué es la violencia de género y por qué ocurre


Por violencia de género entendemos todo tipo de control, agresión o abuso sobre las mujeres por el simple hecho de ser mujer. Se trata de un tipo de violencia que surge y se sostiene sobre una estructura basada en la desigualdad de las relaciones. Desde tiempos inmemoriales se han asignado a hombres y mujeres diferentes tareas sociales por su condición sexual de forma desequilibrada. Este modelo se ha basado (y sigue haciéndolo) en relaciones de poder en las que las mujeres son las principales perjudicadas Esta desigualdad se traduce en violencia.

Los estereotipos que han ido creándose a lo largo de los años han influido, así mismo, en la educación. Los roles de género fueron relegando a las mujeres al ámbito privado, a la casa, reduciendo así sus opciones de crecimiento profesional y limitando su crecimiento económico y, por tanto, su autonomía personal. A todo esto se suman conductas “adecuadas” por género, chistes, situaciones sociales, que diferencian claramente el papel de hombres y mujeres y que perjudica seriamente a estas últimas.

La violencia de género no es por tanto un problema aislado, sino que es resultado de todo un espectro de desigualdades que han comenzado ya a romperse en muchas sociedades, pero a las que aún les queda un largo camino. Y es que según el informe “Global gender gap report 2025”, elaborado por el World Economic Forum (WEF), la igualdad real no se conseguirá, si todo sigue como hasta ahora, hasta el año 2150.

Cifras de la violencia de género en el mundo


Las cifras asustan. Según un reciente informe de la OMS en 2025, 840 millones de mujeres en todo el mundo han tenido que hacer frente en su vida a situaciones de violencia en la pareja o de carácter sexual.

Sin embargo, ya sabemos que hay diferentes tipos de maltrato hacia las mujeres. Concretamente, aquella que no se ve a simple vista es particularmente peligrosa.

Violencia de género laboral


No solo hablamos de la psicológica, sino de la violencia de género laboral. Y es que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2024 las mujeres ganaban una media de un 20% menos que los hombres a nivel global. Si hablamos de mujeres en puestos de alta dirección, según el WEF 2025, solo el 28,1% de las mujeres ocupan puestos de alta dirección en todo el mundo.

Niñas obligadas a casarse


Otra cifra que impresiona, y que también es violencia, es la de niñas casadas cada año contra su voluntad, y antes de cumplir 18 años. Son 12 millones cada año, según la UNFPA. Son 12 millones de vidas rotas porque, a esas niñas, se les corta la posibilidad de progresar a nivel educativo y por tanto, profesional a corto, medio y largo plazo.

Feminicidios


En cuanto a feminicidios, la máxima expresión de violencia contra las mujeres, ONU Mujeres estima que en el año 2024 hubo unas 50 000 mujeres y niñas de todo el mundo que fueron asesinadas por sus parejas, ex parejas u otros miembros de su familia. La cifra equivale a unas 137 mujeres y niñas asesinadas cada día por el hecho de ser mujeres. África sería el continente que más víctimas reporta. La cifra, de todas formas, podría ser aún mayor, ya que en muchos países ni siquiera hay un registro de víctimas de feminicidios. Así mismo, tampoco se registran casos de feminicidios no íntimos o en el ámbito doméstico.

Las diferencias entre países son muy grandes. No es lo mismo ser mujer en un país como España que serlo en Bolivia, India o Mozambique, pero en todos ellos las mujeres se han enfrentado a más problemas que los hombres por el simple hecho de haber nacido mujer. Unas habrán sido atacadas, otras no habrán podido heredar las tierras de su familia, otras habrán sido despedidas o relegadas o sustituidas en sus responsabilidades al haber sido madres o al quedarse embarazadas, otras habrán sido obligadas a casarse con su violador para evitar la deshonra, otras habrán sido sometidas a la mutilación genital femenina porque así “controlan su sexualidad”.

Tipos de violencia de género más frecuentes


En nuestro post sobre cómo identificar el maltrato a la mujer ya te hablamos sobre las principales formas de violencia. Pero te las recordamos brevemente:

  • - Física: la más visible, se manifiesta en agresiones físicas hacia las mujeres.

  • - Psicológica, a través de la que se daña a la mujer mediante la humillación, los insultos o el aislamiento, entre otras.

  • - Sexual, ejercida sin el consentimiento de la víctima.

  • - Económica, como forma de control sobre la vida de las mujeres.

  • - Digital, con más relevancia con el paso de los años, y que pone en riesgo a las víctimas (también a las niñas, especialmente desprotegidas) frente a depredadores sexuales.

  • - Simbólica: cuya máxima expresión serían los micromachismos, aunque hay muchas más muestras sociales de este tipo de violencia.


Consecuencias sociales y económicas de la violencia de género


La violencia de género es un problema público y global, cuyos efectos tienen profundos impactos sociales. El hecho de que afecte de manera integral a cada uno de los aspectos de la vida de las mujeres hace que se generen consecuencias colectivas que limitan el desarrollo, perpetúan desigualdades, y erosionan el bienestar socioeconómico de toda la población (no solo de las mujeres).

Retroceso en derechos humanos


Las bases de los derechos humanos (libertad, igualdad o participación en la vida pública) se ven afectados por la violencia de género. Esto no solo afecta a las víctimas, sino a toda la sociedad, puesto que afecta a las bases democráticas y de justicia social de los estados, perpetuando estructuras desiguales de poder y limitando el progreso social.

Obstáculo para el desarrollo y la igualdad


La violencia de género limita el acceso a educación, empleo y autonomía económica y personal de las mujeres. También de niñas y adolescentes. Esto no hace más que facilitar la perpetuación de la pobreza, limitando el desarrollo y mejorando los índices de igualdad en nuestras sociedades.

Coste social y económico


Los costes sociales y económicos que genera la violencia de género no son nada desdeñables. Empezando por una menor tasa de productividad laboral, pero también de absentismo, de pérdida de talento o de gastos en seguridad y justicia.

Cómo combatir la violencia de género


La mejor forma de luchar contra la violencia de género es hacerlo de forma coordinada y sostenida en el tiempo. Lo fundamental, sin embargo, es la educación. Educar en valores como la igualdad, la corresponsabilidad, el respeto y la conciencia crítica sobre estereotipos de género es fundamental para crear sociedades más evolucionadas en las que la violencia contra las mujeres no tenga cabida.

Contar con un marco de políticas públicas es también esencial para garantizar protección a las víctimas, así como justicia y reparación para ellas y sus familias. Todo esto requiere, además, el compromiso del sector privado así como de instituciones judiciales, educativas, sanitarias o laborales.

Pero sin embargo, lo más importante para combatir la violencia de género es contar con un compromiso social colectivo que sea capaz de frenarla en cada uno de sus aspectos.

El trabajo de Ayuda en Acción contra la violencia de género


En Ayuda en Acción trabajamos para defender los derechos de todas las mujeres en las comunidades en las que estamos presentes. Pero sabemos que los problemas de violencia de género no van a desaparecer de la noche a la mañana. Por eso, gran parte de nuestro trabajo en estos temas se centra en la educación. Es necesario educar a hombres y mujeres, niños y niñas, para que sepan qué es el machismo y para que conozcan cuáles son sus derechos. Es la única forma de lograr la equidad y el empoderamiento de las mujeres.

Trabajamos en diferentes contextos para empoderar a niñas y mujeres en su camino hacia la libertad y la independencia. Y las educamos, tanto a ellas como a sus entornos, sobre los derechos que les pertenecen. Lo hacemos, por ejemplo, a través de los clubes de raparigas en Mozambique, o de los talleres de empoderamiento para mujeres en Ecuador.

Pero cuando ya se ha sufrido la violencia, lo importante es el acompañamiento, como hacemos con miles de mujeres migrantes que huyen de sus hogares para encontrar una vida mejor.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, el 11 de octubre el Día Internacional de la Niña, el 25 de noviembre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Todos ellos son días que recuerdan que la lucha contra la violencia de género es necesaria durante los 365 días del año.