En un mundo en constante transformación, las abejas enfrentan un nuevo desafío: la migración como respuesta al cambio climático. Este fenómeno, que afecta a las abejas, al medio ambiente y a las personas que se dedican a la apicultura, ha despertado la preocupación de especialistas en el tema. Desde Ayuda en Acción nos sumamos a las acciones que se puedan hacer para frenarlo.
Triple impacto de la migración de abejas
El cambio climático, resultado de la actividad humana y la emisión desmedida de gases de efecto invernadero, ha alterado los patrones climáticos. Lo saben bien las personas de Honduras con las que trabajamos. Y las abejas no son, tampoco, ajenas a estos cambios. A medida que las temperaturas aumentan y los patrones de lluvia se modifican, las flores y plantas que dependen del equilibrio climático también se ven afectadas.
Las abejas dependen en gran medida de la disponibilidad de flores y plantas para su alimentación y supervivencia. Sin embargo, el cambio climático ha alterado la sincronización entre la floración de las plantas y el momento en que las abejas están activas. Esto provoca que, en ocasiones, las abejas deban migrar hacia áreas donde puedan encontrar flores en etapa de floración, obtener el néctar y polen que necesitan para su sustento.
Estas migraciones pueden ser extenuantes para las abejas. Tal como ocurre con las personas, deben viajar distancias más largas y enfrentarse a nuevos desafíos en términos de búsqueda de recursos. Además, al no encontrar flores disponibles, algunas abejas pueden experimentar una disminución en su salud y resistencia, lo que aumenta su vulnerabilidad a enfermedades y pesticidas.
La migración de las abejas también tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Fundamentales para la polinización de plantas y cultivos, su migración puede dejar áreas desprovistas de polinizadores. Esto pone en riesgo la reproducción de muchas plantas y la supervivencia de ecosistemas.
Las personas, afectadas por la migración de las abejas
Las personas que se dedican a la apicultura también se ven afectadas por la migración de las abejas debido al cambio climático. La producción de miel y otros productos apícolas depende en gran medida de la salud y el bienestar de las abejas. Cuando estas migran en busca de recursos, las personas que viven de este sector se enfrentan también a desafíos significativos.
La migración de las abejas no solo afecta su hábitat y la producción de miel, sino que también puede llevar a que los apicultores se vean obligados a cambiar de rubro y, en algunas ocasiones, a migrar a la ciudad o incluso a otros países en busca de ingresos y oportunidades.
Oportunidades que frenan la migración
En Honduras estamos apoyando a los apicultores y apicultoras en la búsqueda de oportunidades. Lo hacemos a través del proyecto SER financiado por la Unión Europea y que ejecutamos junto a Cruz Roja Hondureña, Funach y Rikolto.
Con el proyecto SER (Salud – Emprendedurismo – Resiliencia) hemos apoyado más de 150 pequeñas y medianas empresas con prácticas sostenibles, cuidando el medio ambiente y el bienestar de la población beneficiada.
Julio y su proyecto: dispuesto a cambios
Uno de los beneficiarios es Julio Dávila, joven apicultor de la mipyme “Apiarios Dávila”. Al igual que muchos otros jóvenes de Yoro no la han tenido fácil, pero con algo de creatividad, perseverancia y el soporte de sus padres ha creado la marca “La reina de la miel”
“Debemos adaptarnos a los cambios en los patrones de migración de las abejas. Esto significa la necesidad de trasladar las colmenas hacia áreas donde las abejas puedan encontrar suficientes recursos para sobrevivir y producir miel de calidad. Esto puede requerir más tiempo, esfuerzo y recursos, lo que puede afectar la rentabilidad y la cantidad de miel que se puede cosechar”.
Alejandra: una profesión para generar oportunidades
Alejandra Diaz también es una apicultura de la Tigra, en el departamento de Francisco Morazán. Nos cuenta cómo la pasión apícola puede ayudar a pasar obstáculos y generar oportunidades:
"Nuestras colmenas, que son nuestro sustento y nuestra pasión, dependen de la presencia constante de las abejas. Cuando migran en busca de recursos, sentimos la incertidumbre y la preocupación por su bienestar y por nuestra propia subsistencia. El cambio climático nos ha obligado a volver a pensar y buscar alternativas para mantener viva nuestra pasión apícola”.
(*Artículo escrito por Liz G. Ordóñez, responsable de comunicación de Ayuda en Acción en Honduras).