Los cantones de la zona norte de Costa Rica se caracterizan por la presencia de comunidades de acogida donde residen o transitan personas migrantes y personas costarricenses desplazadas internamente.
Aunque Costa Rica ha registrado una recuperación económica desde 2021, ésta ha sido débil y asimétrica, afectando de forma más incipiente principalmente a zonas rurales. La región ha experimentado un aumento en las desigualdades, lo que ha sido potenciado por las medidas de contención de la pandemia. El acceso efectivo a servicios públicos se ha visto reducido, sobre todo para las personas más vulnerables.
Las principales dificultades que enfrentan las personas migrantes son: barreras en la regularización de su situación migratoria; acceso a educación técnica y superior; acceso a servicios de salud; falta de empleo digno; xenofobia; y violencia de género.