La docencia no significa solo subirse a un estrado o ponerse delante de la pizarra y contar la lección. Ser docente va mucho más allá. Los y las docentes son un espejo donde debe mirarse la infancia, una fuente de sabiduría para niños y niñas de todo el mundo. Prepararse para ello cada día es fundamental para lograr el objetivo de una educación de calidad. Del otro lado, es necesario también que se den las condiciones para poder desarrollar la profesión como la infancia (y el profesorado) merece.
Desde Ayuda en Acción no dejamos de trabajar para mejorar la calidad educativa, y eso también pasa, cómo no, por mejorar las condiciones del docente. Pero la actitud es fundamental. Reinventarse cada día es el modus vivendi para muchos y muchas profes en cada uno de los lugares donde estamos presentes. Hoy os contamos las historias de docentes innovadores cuya misión es formar a la generación del futuro en saber, en derechos y en oportunidades.
Franklin: un docente innovador que enseña inglés con medios audiovisuales autogestionados
Franklin Rivera es un joven maestro de 24 años, vive en la comunidad Chimizal en el departamento hondureño de Lempira. Allí da clases en el Centro Básico Francisco Morazán, con el que colaboramos desde Ayuda en Acción en la mejora de la calidad de su sistema educativo, así como con los niños y niñas (y sus familias) a través de otros proyectos de desarrollo comunitario.
“Mi mamá es maestra, me dio clases desde primer grado, fue la primera profesión que conocí y que me gustó”, dice. Con el paso de los años, Franklin vio que la docencia ofrecía una oportunidad de cambiar –a mejor– la vida de la infancia que le rodeaba: “enseñar no solo es brindar conocimientos, también es enseñar valores a través de la práctica para que puedan tener una visión diferente de mundo”.
Franklin estudió magisterio y luego ingresó a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán para graduarse en la licenciatura de Inglés. Pero tiene otro gusto particular: la edición de videos. Por eso, viendo las potencialidades del lenguaje audiovisual para transmitir conocimientos, no dudó ni un segundo y encontró la forma de incluir su afición en la currícula educativa de su centro: “introduzco los vídeos para que la infancia aprenda inglés de una manera natural. Disfrutan grabando sus propios vídeos hablando inglés y luego ellos mismos los editan”, nos cuenta.
El gran reto que enfrenta Franklin y la educación en Honduras es guardar un balance entre el inglés y el español, aprender una nueva lengua, pero no olvidar nunca su lengua materna.
Miyer: enseñar educación ambiental desde la innovación
Para entender la importancia del abono orgánico en la agricultura sostenible, los alumnos y alumnas de Miyer no necesitan libros. Su joven profesor les reúne alrededor de tres bañeras de cemento llenas de tierra, lombrices y hojas secas. “Si estamos de visita en casa de nuestra tía, hace frío y solo nos da una manta… Estaremos deseando irnos, ¿verdad?”. Así comienzan un debate sobre cómo mantener cálida a la lombriz californiana, protagonista de su proyecto de compostaje.
A sus 28 años, Miyer entiende la docencia como una profesión donde lo fundamental es motivar al alumnado e innovar en busca de herramientas, lenguajes y ejemplos que capten su atención.
Hijo de una maestra rural y de un campesino, creció en un entorno rural aislado muy parecido al lugar donde se asienta La Selva. Es licenciado en Biología y tiene muy claro por qué se dedica a la enseñanza: “esta es mi mejor oportunidad para transformar la sociedad”, asegura decidido.
La gastronomía, una vía para el emprendimiento juvenil en Bolivia
Andreina Zabala Gutiérrez es profesora en el Centro de Educación Alternativa Asamblea de Dios de Villa Montes. Allí imparte estudios en su especialidad: gastronomía. En esta escuela, donde la educación deja de ser convencional, la cocina se convierte en vehículo para que los más jóvenes tengan nuevas oportunidades. Enseñando habilidades culinarias, Andreida transmite además a su alumnado la importancia de terminar sus estudios.
A pesar de que en ocasiones los alumnos no pueden comprar los productos que necesitan, Andreida encuentra cómo sortear las dificultades y disfruta cada día de clase. “Como profesora los incentivo a que sigan estudiando porque así podrán mejorar su vida y tener una profesión y podrán quedarse en su comunidad y tener su propio negocio, su mayor anhelo”.
Descubrir que el esfuerzo en las aulas les permite dibujar un futuro lleno de posibilidades está impactando de manera muy positiva en la comunidad: “antes nunca participábamos de eventos grandes como el Bolivia Emprende ni sabíamos cómo elaborar proyectos y productos para ser vendidos”, dice uno de los alumnos de Andreida.
El esfuerzo, sin duda, tiene recompensa: el hecho de participar en un proyecto como el que impulsamos en su comunidad les está permitiendo viajar a otros puntos del país para defender sus proyectos y conocer otros proyectos de chicos y chicas como ellos.
Pero la formación que les ofrece Andreida va más allá de los fogones: “los diferentes talleres nos permiten enseñar más cosas como marketing y gestión financiera”. Andreida es todo un ejemplo de docente innovadora que se implica más allá de su propia materia.
Ángel Martínez, un docente experto en robótica educativa
La robótica es una herramienta educativa más en la Escuela 14 de septiembre de La Dalia, en Nicaragua. Allí, Ángel es uno de sus 50 docentes certificados en robótica educativa, una nueva forma de aprender que contribuye, como otras materias, a desarrollar capacidades y destrezas en la niñez, fomentando la creatividad para la resolución de problemas mediante el trabajo colaborativo.
El proyecto de robótica educativa es un aporte a la calidad de la educación para las infancia, pero también docentes como Ángel: "somos los primeros que nos estamos certificando con metodologías y estrategias de robótica como herramienta educativa en nuestros municipios".
El hecho de ser pioneros hace que la misión como docentes sea más importante: deben compartir sus conocimientos y, además, inspirar al alumnado para usar las tecnologías adecuadamente.
El alumnado de su escuela tiene la oportunidad de, una vez culminado su tercer año de secundaria, pueden acceder al Tecnológico Nacional para estudiar una carrera técnica con énfasis en tecnología: "estoy seguro de que la robótica educativa viene a aportar a que se animen a estudiar carreras técnicas que repercutan en un mejor futuro para ellos, ellas y también para sus comunidades", dice Ángel.
Las ciencias, las matemáticas y las tecnologías nunca fueron tan motivadoras como ahora. La alianza entre el Ministerio de Educación y Ayuda en Acción, que hace posible la formación de docentes en robótica y la dotación de materiales para las escuelas está fortaleciendo la calidad educativa de centros como el de La Dalia.
"Ahora nuestras clases son más interactivas porque además de tablets y robots nos dieron medios audiovisuales como datashow y computadora, y todo ello aumenta la calidad de enseñanza y aprendizaje".
Desde 2019 llevamos a cabo en Ayuda en Acción Nicaragua el proyecto Innovo y Cambio en Waslala. Debido a los buenos resultados, actualmente se ha ampliado a otras zonas del país como La Dalia, El Cuá y cinco municipios del corredor seco. Hoy contamos con 10 escuelas con espacios de robótica y con 50 maestros certificados, permitiendo a la vez, la participación de la niñez en Olimpiadas de Robótica a nivel regional y nacional.
Esta iniciativa es parte de un esfuerzo compartido con organizaciones socias locales como: Fundación Madre Tierra y Movimiento Comunal Nicaraguense - Somoto; con la empresa privada COMTECH y en articulación con el Ministerio de Educación (MINED).
*Post elaborado conjuntamente por Liz Ordóñez (Ayuda en Acción Honduras), Begoña Rodríguez (Ayuda en Acción), Noemí García (Ayuda en Acción), Yovana Mirna (Ayuda en Acción Bolivia). Patricia Cerna (Ayuda en Acción Nicaragua) y Blanca Arnaiz (Ayuda en Acción).