La educación es la base fundamental de las democracias y la mejor herramienta para combatir las desigualdades. Sin embargo, en los últimos años se está enfrentando a grandes retos educativos. En lugar de generar cada vez más oportunidades, está reforzando la desigualdad, como constató Naciones Unidas durante los últimos meses de 2022.

¿Por qué la educación actual se enfrenta a un nuevo desafío en 2023?


Las personas más vulnerables se están quedando atrás y tienen grandes obstáculos para poder acceder a la educación. Mientras tanto, las personas con alto poder adquisitivo pueden acceder a las mejores escuelas y universidades. Esto agranda la brecha social y económica entre los grupos que tienen más y menos recursos. Un reciente informe de UNICEF muestra que el 20% del alumnado más pobre solo se beneficia del 16% de la financiación pública de la educación, mientras que los más ricos se benefician del 28%.

Esto supone que la educación está fallando a quienes más lo necesitan, ya que invertir en la educación del alumnado más pobre es la mejor forma de cambiar su futuro. Este es el gran desafío al que se enfrentan los sistemas educativos de todo el mundo. Solo un aumento de un punto porcentual en la asignación de recursos educativos públicos al quintil de alumnado más pobre podría sacar a 35 millones de los niños y niñas en edad de cursar primaria de lo que la agencia de Naciones Unidas para la infancia denomina “pobreza de aprendizaje”.

Retos de la educación actual


Esta crisis en el sistema no se puede mantener por más tiempo y el cambio es urgente. La pandemia ha tenido un impacto devastador en el aprendizaje y la brecha digital está agrandando las desigualdades aún más. Por esto, por el Día Internacional de la Educación, que se celebra el próximo 24 de enero, queremos destacar los grandes retos de la educación para 2023.

Garantizar la educación de calidad para todo el mundo


Reclamar educación de calidad no es solo un lema. En la actualidad...

  • 244 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar.

  • Seis de cada diez menores no son capaces de entender un sencillo cuento a la edad de 10 años.

  • Más de uno de cada cuatro estudiantes de primer ciclo de secundaria y más de uno de cada dos de segundo ciclo de secundaria no completan los estudios.

  • 771 millones de personas adultas son analfabetas, según los últimos datos de la UNESCO.


Esta crisis del aprendizaje debe ser abordada de forma urgente: hay que garantizar que todo el mundo puede acceder a una educación de calidad. Para ello, además de mejorar el sistema, hay que acabar con restricciones que afectan al alumnado más vulnerable, como las impuestas por las autoridades de Afganistán sobre la restricción de acceso a las niñas a la educación secundaria.
Ayuda en Acción colabora con los centros educativos desde la etapa de educación infantil (primera infancia) hasta la secundaria para atender al alumnado y sus familias en una situación de desventaja educativa y social.

Formación y mejores condiciones para el profesorado


El profesorado es clave para garantizar la educación de calidad e inclusiva, y debe estar capacitado para incentivar el aprendizaje continuo. En los últimos años ha tenido que reinventarse y aprender a marchas forzadas para adaptar sus clases a los nuevos contextos y entornos. Por esto, la formación para el profesorado es fundamental para empezar a transformar la educación.

Además, hay que subsanar el déficit global de docentes. Se calcula que faltan 69 millones de docentes en todo el mundo para lograr una educación de calidad para todos y todas en 2030. Especialmente complicada es la situación en África Subsahariana, donde se estima que más del 70% de los países se enfrentan a una carencia de docentes de primaria y secundaria, según el último informe de la Campaña Mundial de la Educación (CME). Creemos que hay que revertir esto elevando el estatus social del profesorado y garantizándoles condiciones decentes de trabajo.
Ayuda en Acción brinda formación y conecta a docentes para que compartan experiencias reales y efectivas sobre el proceso de enseñanza- aprendizaje.

Escuelas seguras e inclusivas


La educación en emergencias debe garantizarse. Las escuelas deben ser espacios seguros y saludables incluso en las zonas de mayores riesgos. Tienen que ser también espacios en los que no exista la violencia, el estigma o la intimidación. Y que promuevan la salud física, mental, sexual y reproductiva.

En este sentido, la inclusión es algo que debe trabajarse de forma transversal. Aunque parte de la responsabilidad recae en gobiernos y administraciones, todos los agentes educadores deben tener este objetivo.
Ayuda en Acción colabora con otras entidades miembro de la Alianza 2015 para ofrecer ayuda humanitaria a personas que huyen de la guerra de Ucrania o de la pobreza. También dota a los colegios receptores con recursos adicionales, como por ejemplo con traductores/as o psicólogos/as.

Revolución digital


La pandemia ha demostrado que continúa habiendo desigualdades en lo referente al acceso a las tecnologías que urgen resolver. Pero también ha enseñado que podemos utilizar mejor la tecnología de lo que pensábamos.

En ese sentido, hay que tener en cuenta la dimensión digital del alumnado, incorporando incluso los formatos híbridos para facilitar el acceso a la educación en todas las condiciones.
Ayuda en Acción entregó equipamientos digitales a centros educativos y familias para que el alumnado pudiera continuar con la educación durante los confinamientos. Este apoyo se ha mantenido y ampliado con la formación en competencias digitales a alumnado, profesorado y familias, y con el asesoramiento en la redacción de planes digitales de centro.

Más financiación educativa


Ante estos importantes retos, es necesaria la transformación de la arquitectura financiera internacional. Según el citado informe de la CME, es urgente forzar las restricciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que ponen por delante el control del déficit a la inversión pública, basándose en que solo con una fuerte inversión en educación los Estados avanzan y progresan económicamente en el medio y largo plazo.

Además, hay que apoyar medidas para aliviar la deuda de los países menos desarrollados, incluyendo políticas que alienten la inversión en servicios públicos básicos como la educación y respaldar los esfuerzos de los países socios en reformas fiscales que permitan aumentar la recaudación y dedicarla a cubrir servicios sociales básicos como la educación.
Ayuda en Acción forma parte de la Campaña Mundial de la Educación que tiene como objetivo de sensibilizar y movilizar a la ciudadanía por el derecho a una educación universal, gratuita y de calidad, e incidir en las autoridades políticas para que se cumplan los compromisos adquiridos en torno a este derecho.