Jugar es un derecho para todos los niños y niñas del mundo. No solamente por ser un instrumento de ocio saludable que les transmite felicidad, sino también porque el juego constituye una herramienta muy valiosa para educar en valores, para fomentar la relación cordial, cooperativa y solidaria entre personas, y para potenciar la creatividad de cada individuo.
De hecho, el juego y el ocio recreativo están reconocidos entre los derechos de la infancia en el Artículo 31 de la Convención de Derechos del Niño, donde se expone que todos los niños y niñas tienen derecho a jugar, a descansar y a participar en actividades de ocio propias de su edad. Pese a ello, aún hoy en día el 11% de los niños y niñas del mundo no pueden ejercer este derecho a disfrutar de los juegos de educación infantil porque se ven obligados a ocupar su tiempo trabajando.
¿Por qué es importante la dinámica de los juegos infantiles?
La importancia del juego en educación infantil presenta un doble ámbito. Por un lado, los juegos infantiles ayudan a los niños y las niñas a ser felices. Correr, saltar, bailar, pintar, los juegos en solitario, en grupo, los juguetes, las pinturas… todo ello les hace disfrutar de su entorno, de los suyos y de sus propias habilidades.
Pero además, también estos tipos de juegos infantiles son esenciales para la evolución y desarrollo físico y mental de los niños y niñas, así como son las primeras oportunidades de contacto con sus padres y con otros niños.
Por este motivo, no solo se considera que el juego es un derecho, sino que también es la base del aprendizaje infantil. A través de los juegos tradicionales, los pequeños aprenden a desarrollar sus habilidades sociales y su autoestima, a manejar las emociones y los sentimientos y, sobre todo, a emplear el lenguaje.
Juegos infantiles de tres a seis años
Es constatable que al nacer para el niño o niña es todo nuevo. Gracias a los juegos de educación infantil, desde la infancia se va conociendo el medio y los objetos que nos rodean. En esta etapa los juegos infantiles no son interactivos, son juegos de movimiento con los objetos que encuentra y con su propio cuerpo. Así tiene sus primeras sensaciones perceptivas, aprende a controlar sus movimientos y desarrolla la atención y concentración.
A partir de los tres años comienza una fase de fantasía e imaginación en la que niños y niñas intentan imitar todo lo que ven. Los juegos infantiles antiguos de esta etapa son "juegos simbólicos". Con ellos desarrollan la capacidad cognitiva, es decir, la capacidad de crear representaciones de cosas en nuestra mente que no están presentes.
A continuación te proponemos juegos infantiles para niños de tres a seis años, con los que estimularán tanto los movimientos, como la representación y la comunicación.
Algunos de los juegos de educación infantil
Pintura de dedos
El clásico juego de las pinturas con los dedos es una actividad muy eficaz para potenciar la capacidad creativa del niño o la niña. Disfrutaréis de esta actividad ya que no está restringido a ninguna edad, podrás enseñarles a combinar los colores de los que dispones para que vean los que resultan de las mezclas, les podrás enseñar que al combinar las pinturas con el agua se vuelve más fluida…
Es una oportunidad de mostrarles todas las cosas que se pueden hacer con las pinturas a la vez que les animas a que digan lo que quieren pintar o cómo siente las pinturas al tocarla con sus dedos. ¡Y quién sabe! Quizás tengas un Picasso en casa y no te habías dado cuenta.
Para esta actividad podéis poneros en una mesa que esté tapada con papeles de periódico por ejemplo en caso de poder mancharse, o en el suelo si lo preferís también tapado con papeles de periódico. Ten a mano un cubo de agua para poder lavaros las manos tantas veces como queráis y una toalla o esponja.
El tipo de pinturas a utilizar debería ser no tóxica por la vía oral y no irritante para la piel infantil. Y por último, usa ropa que no te importe manchar.
Pintura con cepillo de dientes
Otra forma de fomentar la creatividad del niño con las pinturas es empleando un cepillo de dientes, que utilizará como si fuera un pulverizador.
Para ello emplearemos los mismos materiales que mencionamos en el anterior juego más un par de cepillos de dientes, para usar más de un color, o brochas pequeñas. En esta actividad necesitaréis tener plantillas de cartón hechas de las cosas que queráis como una hoja, una mariposa, una manzana… para que se haga la forma deseada en la cartulina base una vez que esparzan la pintura con el cepillo.
Para comenzar, echa un poco de agua en las témperas para que la pintura no quede muy densa en el cepillo. Después, anima al niño o niña a que moje el cepillo en la témpera. Luego, enséñale a coger con una mano el cepillo boca abajo, y con la otra mano pasar sus dedos por las cerdas para que salpique la pintura y se forme el dibujo.
Puede realizar esta acción tantas veces quiera, y una vez finalizado, apartar la plantilla con cuidado de la cartulina base para que no se diluya el dibujo.
El juego del mago
Con este juego el niño o niña podrá ser capaz de comunicarse y expresarse con sus movimientos corporales, trabajando así su capacidad de expresión corporal. Los juegos lúdicos se consideran los más apropiados para desarrollar este tipo de capacidades con las que, además de divertirse, se procura que se acepte su propio cuerpo y que se haga uso de la improvisación.
Lo primero que se necesita es una pelota que simule una bola de cristal mágica. El mago (adulto en este caso) llevará la “bola de cristal” mientras que los niños y niñas se situarán detrás de una línea imaginaria. El mago convertirá a los niños con sus poderes y su bola de cristal en los animales que decida y ellos tendrán que salir de la línea imaginaria imitando al animal.
Cuando el mago quiera, dará una señal e intentará atrapar a las niñas y niños que no han conseguido traspasar la línea imaginaria. Los pequeños que haya capturado el mago se convertirán en magos.
Este juego también ayuda a desarrollar la imaginación del niño, ya que tiene que ponerse en la piel del animal que le haya tocado imitar y le ayudará a liberar tensiones.
Las etiquetas
El juego infantil de las etiquetas es otro método para que los niños exploten la expresión corporal, con el añadido de que consigan un equilibrio físico y psíquico y puedan desinhibirse los que sean más vergonzosos.
En este juego solo harán falta hojas de papel y tantos clips como niños vayan a jugar. El maestro pega en la espalda de cada niño una etiqueta, sin mostrarla. En cada etiqueta habrá escrito una palabra que los niños y niñas puedan entender o, en cambio, un objeto que ellos conozcan.
Tras esto, los niños se dispersarán por la sala y buscarán a un compañero para que lea lo que tiene puesto en la etiqueta de su espalda. El juego consiste en que una vez haya leído la palabra, se lo tendrá que expresar con gestos para que este pueda hacerse una idea de lo que tiene escrito en su etiqueta.
Después buscarán a otros compañeros y compañeras para que hagan esta actividad varias veces hasta que todos averigüen, más o menos, la palabra o dibujo que tienen puesto en sus etiquetas.
Para finalizar, cada niño expresa mediante gestos delante de sus compañeros lo que él cree tener en su etiqueta según las indicaciones de los demás niños y niñas.
La deducción, la síntesis y al observación entran en juego en esta actividad para que encuentren el significado de su etiqueta.
Trabalenguas
Otra de las capacidades que deben desarrollar los niños y niñas en torno a los tres-seis años es la de lenguaje, ya que es una herramienta vital para el vínculo con el entorno.
Los trabalenguas son un recurso muy valioso a la hora de iniciar con los niños y niñas sus primeros acercamientos a la lengua. En la forma les recuerda a las divertidas rimas infantiles, y es por esto que les atraen desde que son pequeños.
Este tipo de juegos lingüísticos ayudan a tener una correcta pronunciación y son muy favorables para obtener rapidez y precisión en el habla sin confundirse. Pueden ser también una herramienta de trabajo con un grupo de niños y niñas para ver quién pronuncia mejor y con más rapidez. Así se esforzarán para pronunciar el trabalenguas y favorecerá sus aprendizajes.
El fin de los trabalenguas no es más que hacer que lo digan con rapidez y claridad, subiendo un poco la velocidad sin pasar por alto ninguna palabra y, lo más difícil, sin cometer errores.
Juegos para niños
Los juegos interactivos en educación infantil también son importantes. Fomentan sus relaciones sociales, les enseñan a ser participativos, comprensivos, también competitivos, pero sobre todo a compartir, para una experiencia gratificante en común con otros niños y niñas.
Algunos de los juegos para niños
La petanca
Este tradicional juego para niños y mayores remonta sus orígenes a Francia. Consiste en lanzar una pequeña bola de madera y a continuación arrojar bolas metálicas cerca de ella. Los pies deben estar juntos y siempre pegados al suelo. Este popular juego para niños nos enseña valores del deporte como el compañerismo, la participación, así como la superación y la perseverancia.
El pañuelo
Dos equipos se sitúan uno frente al otro, con todos sus miembros numerados. En el centro hay un árbitro. Una vez que este diga un número, deben correr hasta el centro, donde se sitúa el pañuelo, y cogerlo. El primero que llegue de nuevo a su sitio sin que el rival le toque, gana.
A través de este juego para niños y niñas se potencia el compañerismo, el afán de superación y el trabajo en equipo.
Veo veo
Se trata de un juego para niños que emplea las adivinanzas como hilo conductor. Generalmente, se expresa la primera letra de algo que estés viendo en el momento del juego y el interlocutor debe adivinar de qué se trata. Es una forma fácil de que los niños y niñas aprendan nuevas palabras, al mismo tiempo que potencia la imaginación y la creatividad de quien lo juega.
La peonza
¿Quién no ha tenido en sus manos alguna vez una peonza? Este clásico juego para niños, hecho de madera, tiene que girar sobre la punta metálica. Para jugar, solamente hay que enrollar una cuerda, lanzar la peonza al suelo y hacerla bailar. ¡Todo un reto para habilidosos!