El renacimiento del cacao en La Mosquitia (Honduras) es una realidad. Tras una época de desastres naturales y falta de apoyo técnico, los pueblos indígenas han decidido hacer frente a los desafíos y oportunidades que da el cacao para el desarrollo económico y social de sus territorios. Hacemos un repaso por la historia del cacao en Honduras y por las historias de nuestros proyectos que tienen que ver con este recurso.
El auge del cacao y sus obstáculos históricos
En las décadas de 1980 y 1990, la producción de cacao en Honduras vivió un auge impulsado por precios atractivos y el respaldo de la Asociación de Productores de Cacao de Honduras (Aprocacaho) y varias ONG. Sin embargo, eventos como el huracán Mitch en 1998 y la plaga del hongo moniliasis, junto con la caída de los precios internacionales, provocaron el abandono de muchas plantaciones. Este periodo de declive fue seguido por un lento proceso de recuperación, liderado por programas de desarrollo y apoyo técnico.
Después del huracán Mitch se perdieron prácticamente todas las plantaciones: “Nos transportábamos en pipantes sobre las fincas de cacao”, comentó un productor. La recuperación fue lenta y complicada por la persistencia de la moniliasis, lo que generó desánimo entre los productores.
El resurgir del cacao hondureño
En la última década, la demanda de cacao sostenible ha impulsado la reactivación del sector cacaotero en Honduras. Estudios del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) han destacado el papel del material genético resistente a enfermedades y la mejora de los precios internacionales como factores clave en esta recuperación. ONG y el sector privado han sido fundamentales en este proceso, aunque todavía queda mucho camino por recorrer.
Un productor de la comunidad de Pimienta describe así el proceso de recuperación: “las fincas se recuperaron después de dos años de no tener producción alguna. Nos enfrentábamos a un problema desconocido, los frutos se enfermaban y se cosechaba muy poco. Esto desanimó a muchos de nosotros. Además, no se tenía un mercado para el producto, lo que llevó a abandonar las fincas de cacao. No fue mi caso, pues yo quería continuar con lo que había trabajado mi padre”.
La Mosquitia y el valor del cacao regional
En la región de La Mosquitia, el cacao es una fuente esencial de ingresos. Desde la década de 1980, los productores locales han enfrentado desafíos ambientales y de infraestructura. A pesar de esto, el cacao sigue siendo una oportunidad vital para las comunidades indígenas, especialmente en el municipio de Wampusirpi, donde se han establecido centros de acopio para mejorar la calidad y la comercialización del producto.
Iniciativa regional: la cadena de valor del cacao en La Mosquitia
La iniciativa Prawanka, junto con la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) y la Agencia Suiza COSUDE, ha promovido la creación de una cadena de valor regional en La Mosquitia. Desde 2017 este programa ha trabajado en la consolidación técnica y en el acercamiento con actores locales, logrando avances significativos a partir de 2018 con un enfoque multisectorial y facilitador.
Las “Papalankis” y el Conocimiento Ancestral
Una de las metodologías innovadoras de este programa es la práctica de las “Papalankis”, que combina el conocimiento científico con los saberes ancestrales a través de dinámicas de enseñanza y aprendizaje entre productores. Esta metodología ha sido clave para la transferencia de conocimientos y el fortalecimiento de las prácticas agrícolas sostenibles en la región. Jeremías Salinas, de Juventud Bakinasta, explica: “la metodología papalankis es una metodología propia. Fue nuestra punta de lanza en la cadena de cacao y alimentos. Fue un producto concebido por nosotros en la Mosquitia junto al programa Prawanka.”
Cacao y diversificación: una fórmula para la sostenibilidad
Los sistemas agroforestales, que combinan cacao con otros cultivos como plátanos y árboles maderables, han demostrado ser sostenibles y rentables. Don Rodolfo Prado, un productor de Kurhpa, ha compartido su éxito en la diversificación de cultivos, lo que le ha permitido enfrentar desastres naturales y mejorar la fertilidad de la tierra sin prácticas dañinas como las quemas.
"Llevo más de 20 años trabajando con el cacao porque es una forma de agricultura sostenible. A lo largo de estos años mi finca de cacao ha enfrentado desafíos, como las inundaciones causadas por los huracanes Mitch, Eta e Iota, que causaron pérdidas casi totales. A pesar de estos contratiempos, con esfuerzo y el respaldo de diferentes proyectos logré reubicar mi finca en un lugar más seguro frente a las inundaciones”.
“En la misma finca diversifiqué mis cultivos con plátanos, frutales y árboles maderables, obteniendo múltiples beneficios. Gracias a prácticas sostenibles, como evitar las quemas, la tierra es más fértil y produce abundantemente. Valorar la tierra fue clave para superar adversidades y llevar una vida digna.”
“Mi mensaje va dirigido a los productores que tienen fincas abandonadas: es crucial reactivarlas y diversificar con la siembra de otros alimentos. Además, invito a consumir cacao, ya que no solo es beneficioso para la salud, sino que también aporta la energía necesaria para el trabajo diario."
Asociatividad y fortalecimiento de la base productiva
La Asociación de Productores de Cacao de Pimienta (APROCAPIM) ha fortalecido su estructura organizativa y ha establecido relaciones comerciales beneficiosas, como la alianza con APROSACAO. Con el apoyo de iniciativas como Prawanka, se espera consolidar este modelo de negocio y mejorar la calidad del cacao producido en La Mosquitia.
El rol de las mujeres en la producción de cacao
La participación de las mujeres en la cadena de cacao ha sido significativa, con un 87% de las familias lideradas por mujeres en iniciativas de negocio y un 27% en la producción de cacao. Su contribución es vital para el desarrollo sostenible y la mejora de la calidad de vida en las comunidades de La Mosquitia.
*(Artículo escrito por Liz G. Ordóñez, comunicación de Ayuda en Acción en Honduras).