En el contexto del inicio del curso escolar 2024-2025, Ayuda en Acción quiere llamar la atención sobre los fallos del sistema educativo que perpetúan las desigualdades entre la juventud. Un reciente informe de la organización, centrado en las transiciones educativas y laborales, pone de manifiesto las deficiencias de un sistema que ha demostrado ser insuficiente para responder a las diversas necesidades del estudiantado, limitando el desarrollo y el potencial de millones de jóvenes.
El informe expone que las cifras de abandono educativo temprano y de fracaso escolar están relacionadas con los “problemas de una estructura rígida del sistema educativo, que no reconoce diferentes vías de éxito y no está adaptada a la diversidad de cualidades, necesidades e intereses del alumnado”. Además, el director del Programa Europa de Ayuda en Acción, Matías Figueroa, destaca sobre el estudio que reconoce “el origen socioeconómico como un factor decisivo que condiciona la progresión escolar y la trayectoria académica del estudiantado”.
Las transiciones, momentos decisivos del futuro de los y las jóvenes
El informe se centra en analizar las transiciones educativas y laborales de la juventud en España, con especial atención a quienes proceden de entornos socioeconómicos vulnerables. Hay tres transiciones importantes: la que se produce desde el entorno familiar al sistema educativo, los cambios dentro del sistema educativo y el paso de la educación al mundo laboral. La importancia de analizarlas radica en que son momentos clave de vulnerabilidad, donde las desigualdades sociales y educativas se hacen evidentes y pueden condicionar las trayectorias futuras.
Durante estas fases, muchos estudiantes, en ausencia de una orientación adecuada y opciones educativas adaptadas, se ven abocados al fracaso o al abandono, por lo que las transiciones son determinantes. “Los y las jóvenes con mayores niveles de estudio presentan mayores tasas de empleo, consiguen trabajos más estables, con niveles salariales más elevados y mayores posibilidades de promoción”, señala el estudio.
El impacto del origen socioeconómico
Según los últimos datos del Ministerio de Educación 2024, la tasa de abandono escolar temprano en España se situó en 13,6%, una cifra que mejora los datos de la última década, pero continúa siendo preocupante y coloca al país cuatro puntos por encima de la media europea. Este fenómeno es especialmente agudo entre la juventud proveniente de hogares con menores ingresos, donde el 26% abandona prematuramente la educación, en comparación con solo el 5% en los hogares de mayores ingresos. “Estos datos subrayan la fuerte correlación entre el nivel socioeconómico y las oportunidades educativas, perpetuando un ciclo de desigualdad que el sistema educativo actual no ha logrado romper”, valora Figueroa.
Esta desigualdad estructural se traduce en un acceso significativamente limitado a oportunidades educativas de calidad, lo que a su vez repercute negativamente en las posibilidades de esta juventud de acceder a empleos estables y bien remunerados.
Además, el colectivo con más dificultades para desarrollar una trayectoria laboral es el que abandona el sistema educativo en la ESO, dado que conseguir el título en ese nivel o en un ciclo formativo de grado medio es la vía para conseguir una adecuada inserción laboral. La vulnerabilidad socioeconómica es clave en este proceso: la probabilidad de que un/una joven en situación de vulnerabilidad severa obtenga uno de los dos títulos (19%) tras haber abandonado la ESO es 14 puntos inferior a la probabilidad de que lo obtenga un/una joven no vulnerable (33%).
Las perspectivas laborales
En cuanto al ámbito laboral, se ha comprobado que las transiciones laborales de la juventud que abandona la ESO sin lograr el título resultan más precarias, tanto a corto como a medio plazo, que las de jóvenes con titulación en ciclos formativos de grado medio o superior. De esta forma, la calidad de los empleos a los que acceden, así como el tiempo que han trabajado desde que salieron del sistema educativo o el salario obtenido, son significativamente inferiores para quienes no tienen el título de la ESO respecto a quienes cuentan con un título. Además, del análisis realizado se desprende que, para quienes abandonaron el sistema educativo sin el título de la ESO, la precariedad en las transiciones laborales se acentúa en el caso de pertenecer a población vulnerable.
El informe también incide en que la juventud de entornos socioeconómicos vulnerables enfrenta una “posición de desventaja comparativa frente al resto” al acceder al mercado laboral. Esto se debe principalmente a niveles educativos generalmente bajos, falta de habilidades personales y competencias transversales derivadas del abandono escolar temprano y prejuicios sociales asociados a su situación de vulnerabilidad.
Propuestas para un futuro educativo más inclusivo y equitativo
Ante estos desafíos y tras los resultados de informe, Ayuda en Acción propone una serie de medidas para conseguir un entorno y un sistema educativo que realmente atienda a la diversidad y promueva la equidad. Entre las principales propuestas, recogidas en el informe, se incluyen:
- Detección precoz de las dificultades educativas y mayor refuerzo educativo para reducir el abandono temprano.
- Diversificación y flexibilización del currículo en la ESO para introducir un currículo más flexible y diversificado desde las primeras etapas educativas. Esto permitiría trayectorias personalizadas que se alineen con los intereses y las habilidades del estudiantado, reduciendo así la tasa de repetición y el abandono.
- Fortalecimiento de la orientación educativa y laboral, especialmente en los momentos de transiciones para que el estudiantado conozca todas las posibilidades existentes, así como las ventajas laborales asociadas a estos niveles educativos.
- Revisión y adaptación de las políticas educativas para abordar las desigualdades estructurales del sistema. Esto incluye la evaluación continua de las iniciativas actuales y la implementación de nuevas estrategias para cerrar la brecha entre estudiantes de diferentes contextos socioeconómicos.
Una oportunidad para el cambio
El comienzo del nuevo curso escolar debe ser visto como una oportunidad para repensar este cambio del sistema educativo. “Los datos del informe son claros: sin reformas profundas, el sistema seguirá fallando a una parte de la juventud, perpetuando un ciclo de desigualdad que nuestra sociedad no puede permitirse. Es hora de actuar, de idear una educación que realmente atienda a la diversidad y que ofrezca a todos y a todas, independientemente de su origen, las herramientas necesarias para construir un futuro mejor”, expone el responsable de Ayuda en Acción.
La organización tiene experiencias en creación de oportunidades de acceso al mundo laboral para jóvenes en situación de vulnerabilidad. Actualmente la organización trabaja en el programa Impulsa en diferentes comunidades de España, donde orienta a personas jóvenes para que descubran su vocación, competencias y fortalezcan así sus proyectos de vida. De esta forma, se favorece la formación y empleabilidad juvenil a través del acompañamiento profesional y facilitando herramientas.