Septiembre es sinónimo de vuelta al cole y, lamentablemente, para muchos niños y niñas también significa regreso al bullying.

En España, 7 de cada 10 niños sufren a diario algún tipo de bullying o ciberacoso. Según Bullying Sin Fronteras, España es el tercer país con más casos de acoso e intimidación en la escuela y a través de tecnologías digitales. Sabemos que esta realidad preocupa a muchas familias, pero ¿estamos preparados para enfrentarnos a esta situación? Beatriz Cazurro, psicoterapeuta especializada en bullying, nos da las claves esenciales para entender y prevenir el acoso escolar.

¿Qué es el bullying?


En los últimos años los casos de acoso escolar han aumentado, o al menos la conciencia de su existencia. Esto hace que muchos padres y madres vivan con el temor de que sus hijos puedan ser víctimas de bullying. Pero el miedo no es la respuesta; la mejor herramienta para proteger a nuestros hijos es la información.

Empecemos por lo básico: ¿qué es el acoso escolar? El acoso escolar o bullying es una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro. Se trata de un comportamiento agresivo, repetitivo, metódico y sistemático, que se produce durante un periodo de tiempo prolongado. En la mayoría de los casos, existe un desequilibrio de poder entre el agresor y la víctima, aunque este desequilibrio puede ser real o percibido.

Tipos de bullying


Ahora que ya le hemos puesto cara al acoso escolar, nos toca descubrir de qué múltiples formas puede manifestarse el acoso escolar. Hay varios tipos de bullying y, en muchas ocasiones, estas agresiones se combinan y aparecen de forma simultánea.

Bullying físico


El bullying físico son agresiones físicas que tienen como objetivo atemorizar, acobardar y abatir a la víctima. Algunos ejemplos son: bofetadas, golpes, patadas, empujones, extorsiones, etc. Aunque este tipo de acoso es el más visible, no siempre es el más frecuente.

Bullying psicológico


El bullying psicológico busca desestabilizar emocional y psicológicamente a la víctima. Las agresiones incluyen la intimidación, ridiculización, burla, amenazas, hostigamiento, acoso a la salida del centro, etc. Aunque es menos visible, el impacto de este tipo de bullying puede ser devastador para la autoestima y el bienestar mental del niño o niña.

Bullying verbal


El bullying psicológico es el más habitual. Aquí el agresor utiliza el lenguaje para humillar o degradar a la víctima. Los insultos, los apodos crueles, las burlas, los menosprecios en público y la difusión de rumores son algunos ejemplos de este comportamiento.

Bullying sexual


El bullying sexual es una forma de acoso o intimidación en relación con el sexo, el cuerpo, la orientación sexual o la actividad sexual de una persona. Puede manifestarse tanto de forma física como verbal, y puede ser especialmente destructivo en la adolescencia.

Bullying social


El bullying social consiste en marginar a la víctima e impedir la participación o la comunicación con un grupo. Algunos tipos de conducta son: exclusión de un grupo social, ruptura de la comunicación, distorsión de la imagen de la víctima (débil, indefenso/a, etc.)

Ciber-bullying (bullying cibernético)


El cyberbullying o ciberacoso es un tipo de acoso o intimidación realizado a través de medios digitales. Normalmente tiene lugar entre jóvenes de una edad similar y puede ocurrir en las redes sociales, en plataformas para juegos y en los móviles. Se trata de un comportamiento repetido y que busca atemorizar, agredir o humillar a otras personas.

¿Por qué se produce el acoso escolar?


El bullying no ocurre en el vacío. Las dinámicas de poder, la presión social y las dificultades emocionales o familiares pueden contribuir a que un niño se convierta en acosador o víctima. En muchos casos, el agresor utiliza la violencia o el acoso como una manera de reafirmarme o controlar a otros. Por eso, es fundamental que padres, madres y educadores trabajemos en cómo educar en valores para la convivencia, enseñándoles a resolver conflictos de manera pacífica y a fomentar la empatía para evitar situaciones de bullying.

¿Cómo detectar el bullying?


Detectar que un niño está sufriendo bullying no siempre es fácil, pero hay señales que pueden alertarnos. Lo más importante es construir una relación de confianza y apertura con tu hijo o hija¸ donde se sienta libre de contarte si está viviendo una situación difícil. ¡Aquí tienes algunas señales a las que prestar atención!

  • Cambios en su comportamiento habitual, como hacer novillos, tener problemas para dormir, pedir no ir a clase o empezar a suspender sin ningún motivo aparente. En definitiva, cualquier cosa que te haga pensar: “este niño está raro…”

  • Cambios en su estado de ánimo. Puede que esté más irritable, ansioso o asustado de lo habitual.

  • Pistas en su entorno: viene con hambre a casa aunque le hayas preparado un bocadillo para el recreo, le falta material escolar con frecuencia, o parece más reservado de lo normal.


Si observas alguna de estas señales, es importante actuar rápidamente. El bullying no desaparecerá por sí solo y el apoyo de los padres es clave para solucionarlo.

¿Cómo prevenirlo?


Prevenir el bullying empieza en casa. Aquí te dejamos algunos consejos que pueden marcar la diferencia:

  1. Fomenta la empatía. Enseña a tus hijos a ponerse en el lugar del otro. Las charlas sobre cómo se sentirían si ellos fueran la víctima pueden ayudarles a ser más conscientes de sus acciones.

  2. Promueve la comunicación. Hablar abiertamente sobre los problemas que pueden estar enfrentando en la escuela es vital. Haz preguntas abiertas y asegúrate de que se sienten escuchados y comprendidos.

  3. Haz hincapié en la importancia del respeto. Enséñales que todos merecen ser tratados con dignidad, independientemente de sus creencias y gustos.

  4. Sé un modelo a seguir. Los niños aprenden de lo que ven. Si les muestras cómo resolver conflictos de manera respetuosa y constructiva, ellos imitarán ese comportamiento.


¿Cómo intervenir en un caso de acoso escolar?


Si detectas que tu hijo está siendo acosado, es esencial intervenir de manera rápida y efectiva. Estos son algunos pasos que puedes seguir:

  • Habla con tu hijo o hija. Asegúrate de que sepa que no está solo y que tiene tu apoyo incondicional.

  • Informa a la escuela. Contacta con el centro educativo y asegúrate de que sigan los protocolos adecuados para tratar el acoso escolar.

  • Busca ayuda profesional. En algunos casos, el apoyo de un psicólogo puede ser necesario para ayudar a la víctima a recuperar su autoestima y superar el trauma del acoso.