Desde hace muchos años, la educación a distancia ha sido y es una herramienta para combatir la exclusión educativa de diversos colectivos. Gracias a ella, se facilita el acceso al sistema educativo a personas que por distintas circunstancias no pueden integrarse a la educación presencial: el mundo rural más aislado, alumnado con discapacidades o con necesidades de conciliación laboral (sobre todo en los ciclos de secundaria, universitaria y de postgrado).


En el caso de emergencias como la de la COVID-19 (pero también por inundaciones o terremotos, entre otras), hay que dejar las aulas porque estas se vuelven inservibles. Con la inversión y la planificación adecuada, la educación a distancia es una elección acertada cuando la alternativa presencial no es factible.


Educación presencial y a distancia no son excluyentes


Educación presencial y a distancia pueden, y de hecho deberían ser complementarias. Esto se aprecia en el contexto de las emergencias, en donde poder pasar de un sistema presencial a uno a distancia en pocas semanas muestra la flexibilidad y la resiliencia del sistema educativo frente a los peores escenarios.


En general, utilizar la tecnología a plena potencia (sea esta digital, a través de programas educativos en TV o radio, o a través de teléfonos móviles) servirá tanto para mejorar la educación presencial, como para tener preparado un sistema que pueda servir para seguir los procesos educativos en periodos de emergencia como la que hoy vivimos.


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Educación: una de nuestras prioridades, también en emergencias


Desde hace ya muchos años, la atención educativa de los niños y niñas en situaciones de emergencias es una de las prioridades a la hora de dar una respuesta humanitaria por parte de organizaciones y organismos especializados.


Los motivos son varios, veámoslos:




  • Es necesario de establecer un espacio de tranquilidad, seguridad y rutina en un contexto casi siempre traumático para la infancia.




  • Sabemos que, si estamos hablando de periodos prolongados sin escuela, son los niños y niñas de las familias más vulnerables y pobres los que tienen más dificultades para reengancharse a las clases una vez la emergencia cesa.




  • La educación tiene la virtud, además, de transformar al alumnado en actores de cambio. De este modo, pueden convertirse en agentes de la recuperación mediante la difusión de los correctos mensajes de prevención en sus familias (algo que ya sucedió en España con el tabaco, tema en el que la infancia fue principal activista antitabaco dentro de sus hogares).




¿Cuál es la mejor educación a distancia durante una emergencia?


Niño con ordenadorHay diversos tipos de educación a distancia que se utilizan más a menudo durante las emergencias. No hay uno mejor que otro, sino que la elección se hará dependiendo del tipo de emergencia: si se han derribado o dañado infraestructuras, si el Estado tiene capacidad para dar respuesta o si puede asegurar una cobertura educacional más o menos amplia en los canales utilizados.


Lo ideal es utilizar una combinación de varios canales para llegar al mayor número de alumnado. Los más habituales son la radio, la televisión o el vídeo, la telefonía o el acceso digital a través de Internet.


Los retos de la educación a distancia en una emergencia



  • Infraestructuras


El primer reto es el de la infraestructura disponible para el acceso de la mayor parte de la población, así como asegurar cobertura en el territorio afectado por la emergencia. Desde esta perspectiva, la más utilizada en las emergencias es la radio. Es accesible y más asequible incluso para los colectivos más vulnerables, y su cobertura es prácticamente nacional, sobre todo si hablamos de las radios estatales. Existen, además, muchas radios comunitarias que conectan diariamente con millones de personas en el planeta. Muchas de ellas lo hacen además en lenguas diferentes de las oficiales y con contenidos adaptados a los ciclos sociales y productivos de cada región.



  • Formación


Otro de los retos en la educación a distancia en las emergencias es el de la formación de docentes y alumnado. Esto se aprecia especialmente bien en la educación a distancia mediante internet. Si no existe formación previa a docentes y alumnado, no será posible llevar a cabo este tipo de educación, incluso si hay infraestructura disponible.



  • Materiales


Los materiales didácticos deben de estar adaptados al medio. Hay medios en donde la interacción es más complicada, como la radio o la televisión, pero con materiales adaptados, es posible subsanar esta situación.


Educación en emergencias: la equidad es clave


La equidad es otro de los pilares de todo proceso educativo. En el caso de la educación a distancia es todavía más importante poner medios para para conseguirlo en todos los hogares y para todos los niños y niñas.


No todos los hogares disponen de los medios para acceder a la educación a distancia, algo que estamos viendo con la COVID-19 en nuestro país. Estos meses se ha vuelto a hablar de la brecha digital en España, otro elemento más de desigualdad que sufre el 26,1% de la población que vive en riesgo de pobreza y exclusión. Incluso en hogares en los que todos sus miembros trabajan, esta brecha hace imposible que el 16% de las personas con empleo puedan superar esta barrera de pobreza y tengan mucho más complicado el acceso en equidad al proceso educativo a través de internet.


Muchos profesores/as no han podido conectar mediante tabletas u ordenadores con su alumnado. Lo han intentado mediante teléfonos móviles, pero igualmente, en hogares con dificultades en donde el confinamiento ha podido afectar al empleo, la disponibilidad de tener datos suficientes en los móviles no está siempre asegurada.


La equidad de género también debe de ser uno de los elementos a cuidar en la educación a distancia, en donde las niñas y jóvenes pueden ser más proclives a verse forzadas por sus familias a abandonar la escuela para dedicarse a labores de sostenimiento económico o de cuidado de los hogares.


Otro elemento relacionado con la equidad que también se puede apreciar en la emergencia en España es el de la conciliación. Son los hogares con mejores condiciones socioeconómicas los que están en disposición de conciliar mejor, por poder teletrabajar y, generalmente, con mayor capacidad para acompañar a los hijos e hijas durante la educación en el hogar.



Plan de emergencias, también en educación


Por último, para que exista una educación a distancia efectiva durante una emergencia lo más importante es precisamente contar con un plan que dirija la actuación, que disponga los pasos necesarios para pasar de la enseñanza presencial a la enseñanza a distancia. Es necesario contar con un programa educativo factible y asumible para todo el alumnado durante una situación extrema. Pero tan importante es esto como tener también un plan de vuelta a la normalidad. Los periodos de recuperación académica y de apoyo psicológico al alumnado serán fundamentales en dicho plan.


En definitiva, las emergencias ponen a prueba a los países y sus estructuras. Siempre debemos aprender de ellas y la conclusión de esta es clara: la mejor solución es la prevención y la preparación de cara al futuro. Por eso, la inversión pública en educación es a la larga, la mejor solución; la más eficaz y, también la más económica. No hay mejor escudo frente a las crisis que la inversión sostenida en políticas públicas que nos protejan y beneficien a todos y todas.