¿Imaginas cómo sería esta cuarentena sin internet en casa? ¿Cómo podrían tus hijos e hijas continuar con sus estudios o acceder a un ocio de calidad? Esta es la situación en la que se encuentran 1 de cada 10 niños y niñas en edad escolar en España. En esta época de cuarentena, el esfuerzo e implicación de los otros héroes sin capa (profesorado y equipos directivos) están siendo fundamentales para que más de 300 000 niños y niñas no se queden atrás.


Sin internet en tiempos de cuarentena


El confinamiento ha puesto de manifiesto dos realidades: la brecha digital y lo poco preparado que está nuestro sistema educativo para la formación online. Cuando se suspendieron las clases, colegios e institutos tuvieron que adaptarse y buscar (dentro de sus posibilidades) diferentes soluciones para que todo el alumnado pudiera continuar con sus estudios.


Es el caso del CEIP Gumersindo Azcárate de León, con el que Ayuda en Acción colabora a través de nuestro programa de apoyo a la infancia Aquí también. “Contactamos con todas las familias y vimos las posibilidades de acceso de cada una de ellas a un espacio web donde colgamos a diario los deberes. Algunas disponen de ordenadores con conexión o tablet por lo que pueden descargarse el material y mantener el contacto diario con sus profesores y profesoras”, explica Pilar Bahamonde, directora del colegio.


cuarentena sin internet


Sin embargo, hay alumnado de este centro que no corre la misma suerte. El único contacto que tienen la mayoría de las familias con el mundo digital es a través de sus teléfonos. No tienen ordenador, ni tablet y solo disponen de un móvil familiar en el que no siempre disponen de datos. "En estos casos enviamos las tareas diariamente por WhatsApp y, cuando pueden realizar las recargas, nos envían una foto con las tareas de los niños y niñas. La falta de una buena conectividad y un dispositivo adecuado les dificulta el aprendizaje, pero están poniendo todo de su parte. Nos están dando una lección a todos”.


En este centro hay 24 alumnos y alumnas que están “realmente desconectados”, es decir, que no disponen de dispositivos con Internet en casa (tampoco teléfonos). “conseguimos que no estén totalmente desconectados gracias al esfuerzo de docentes y familias que mantenemos el contacto diariamente por teléfono para que puedan continuar, aunque con muchas dificultades, en el proceso educativo”.


El caso de las áreas rurales


En el CPI Virxe da Cela de Monfero (A Coruña), con el que también trabajamos, el equipo educativo recurre igualmente al teléfono ya que el 10% del alumnado no cuenta con el equipamiento necesario para poder acceder a la educación online. Pero además, se enfrentan a un problema añadido: la pésima calidad de la conexión que existe en los entornos rurales.


“Las familias y el profesorado no pueden descargar documentos, interactuar con recursos digitales educativos o multimedia o emplear sistemas de comunicación como las videoconferencias. Muchas veces no podemos hacer nada; otras, las familias recurren a datos móviles que en algunos casos funcionan mejor”, afirma Camino Pereiro, directora de este centro educativo.


Sin embargo, hacer los deberes en el móvil conlleva otros problemas. “Este tipo de dispositivos tienen una dimensiones muy reducidas y pantallas que no son aptas para un uso continuado. También hay que tener en cuenta que tienen baja capacidad de almacenamiento. A todo ello hay que unir que suponen un coste muy elevado que muchas familias no pueden asumir”.


El reto de hacer las tareas en el móvil


Es el caso de Elena que tiene tres hijos de 11, seis y tres años. En su casa solo hay un ordenador, pero sin Internet. “La mayor dificultad a la que nos hemos enfrentado por no tener conexión es hacer las tareas de los niños”. Ella antes recibía algún ingreso limpiando en casas pero, desde que comenzó la cuarentena, solo recibe una pensión de 400 euros. Para que sus hijos e hijas pudieran hacer los deberes iba recargando los datos de su móvil “con muchísimo esfuerzo”.


Por su parte, la familia de Ángela, también de León, ha dejado de tener ingresos a raíz del confinamiento y no recibe ninguna ayuda. En su caso, le apena que sus hijos e hijas “no han podido hacer los deberes como hubieran querido. Los hacían con el único móvil que tenemos y cuando podemos recargar los datos”.



Frente al COVID-19, #SomosAyuda


Ángela y Elena, son dos de las familias a las que ya estamos apoyando con el kit Conecta Educación. Consta de una tablet y una tarjeta SIM, que hemos donado gracias al apoyo de Vodafone, con 60 GB mensuales que podrán utilizar los próximos dos meses. En la primera fase, más de 1 000 familias ya disponen de internet en casa y esperamos llegar a más de 2.200. 


“Valoro esta ayuda muchísimo y creo que es imprescindible para conseguir minimizar el daño que el cierre de los centros puede provocar a nuestro alumnado. Agradecemos a Ayuda en Acción todo lo que ha hecho en nuestro centro desde el primer día que entraron. Probablemente sin su ayuda nuestro alumnado y equipo docente no seríamos lo que somos ahora. Nos han dado la oportunidad de sentir que, si trabajamos juntos, podemos cambiar el mundo”, destaca Pilar Bahamonde.


Pero nuestro apoyo a los centros educativos que participan en el programa Aquí también va más allá, porque estamos en comunicación constante con los equipos directivos. “Ayuda en Acción ha aportado algo muy importante, que va más allá del acceso a los recursos. Es el sentimiento de acompañamiento, de poder abrir una ventana y no encontrarte en soledad. Por ejemplo, asomarte al balcón en una ciudad supone comprender que estamos ante un camino colectivo, lo que lo hace más llevadero. Aquí, en nuestros pueblos, es más difícil sentir ese apoyo diario, que en este caso ha venido de parte de Ayuda en Acción”, destaca Camino Pereiro.


En el CPI Virxe da Cela además, hemos puesto a disposición del centro los equipos de nuestro laboratorio IrinMon Lab. El equipo directivo del centro se los ha dejado en préstamo a aquellas familias que lo necesitaban.


Ahora más que nunca, #SomosAyuda.