El grooming es una forma de acoso sexual online a menores por parte de adultos. Imagina que un adulto se hace pasar por adolescente en redes sociales, empieza a hablar con un menor, se gana su confianza y, poco a poco, le pide fotos íntimas o favores sexuales. Sí, suena a película, pero nada más lejos de la realidad del día a día.

¿Qué significa grooming?


La palabra grooming proviene del inglés y significa “preparar” o “adornar”.

Entonces, ¿cuál es el significado de grooming en este contexto? Se refiere a la preparación que hace un adulto para manipular emocionalmente a un menor con fines sexuales. Es un proceso lento, puede durar días, semanas y hasta meses, en el que el agresor intenta crear un vínculo de confianza con el o la menor. Y, aunque no lo creas, es algo bastante habitual. En 2022, se registraron 408 casos de grooming en España.

¿Qué es el delito de grooming?


Este tipo de acoso sexual a través de medios digitales está considerado un delito. En España, el grooming está tipificado en los artículos 181 y 189 del Código Penal desde 2010.

El delito del grooming consiste en realizar esta actividad con una intención concreta: cometer un delito contra la libertad sexual del menor. No importa si el objetivo no se cumple. El hecho de contactar con el menor con ese objetivo ya supone una conducta delictiva.

El grooming vulnera los derechos de la infancia, porque se juega con su inocencia y confianza, y porque puede dejar secuelas psicológicas muy graves.

¿Cómo comienza?


El grooming comienza de la forma más sencilla que te puedas imaginar. Una petición de amistad, un comentario amable y un mensaje inocente. Luego viene el “me puedes contar lo que quieras”, “nadie te entiende como yo”, o incluso “si me quieres, mándame una foto”.

El grooming tiene unas fases muy claras:

  1. 🌐Contacto inicial: el adulto localiza a la víctima en redes o Internet.

  2. 🤝Generación de confianza: charla, se muestra comprensivo y cercano.

  3. 🚫Aislamiento: intenta que la víctima no hable con otras personas sobre la relación.

  4. 📸Abuso: solicita fotos íntimas, vídeos o incluso encuentros presenciales.

  5. ⚠️Chantaje: puede llegar a haber amenazas o manipulación.


¿Cómo podemos detectarlo?


Las víctimas son menores y, por lo tanto, seguramente no se estén dando cuenta del delito que están sufriendo. Por eso, es clave prestar mucha atención a ciertas señales. ¡Veamos algunas!

  • 😕Cambios de comportamientos repentinos.

  • 😡Cambios de humor extremos, como irritabilidad o tristeza sin razón aparente.

  • 🏠Aislamiento social y pérdida de interés en actividades habituales.

  • 📱Uso excesivo del móvil u ordenador a escondidas.

  • 🤐 Reticencia a hablar sobre sus actividades online.

  • 🎁Aparición de regalos inusuales: dinero en efectivo, tarjetas de regalo, crédito para videojuegos sin explicación…

  • 🔒Cambios en la privacidad de sus dispositivos: uso de contraseñas no compartidas o borrar el historial de navegación.


¿Cómo prevenir el grooming?


Proteger a los niños y niñas de estas prácticas tan peligrosas es fundamental y, para ello, debemos saber cómo podemos prevenirlo.

Existen varias medidas preventivas que nos pueden ayudar a que el entorno digital sea más seguro para nuestros peques y a detectar el grooming:

  • 💻 Educación en el uso de Internet. Debemos enseñar a los niños y niñas a desarrollar un pensamiento crítico cuando navegan por Internet. Tienen que aprender a desconfiar de las personas que no conocen, sospechar de ciertos perfiles o no aceptar solicitudes de amistad de gente que no conocen.

  • 🗣️Comunicación abierta y sin prejuicios. Si nuestros peques sienten que pueden hablar con total libertad sobre Internet, será mucho más fácil identificar señales de alarma a tiempo. Algunas medidas pueden ser preguntarles con naturalidad con quién hablan, a qué juegan, escuchar sus dudas y acompañarlos cuando algo les preocupe.

  • 👀Supervisión activa. No se trata de espiar, sino de estar al tanto. Por ejemplo, saber qué aplicaciones usan, con quién se relacionan, qué juegos se descargan. Además, es importante establecer normas de uso de Internet, revisar sus contactos y activar herramientas de control parental o configurar bien la privacidad en sus redes sociales.


 

La tecnología avanza, sí. Pero nuestra protección y educación deben avanzar al mismo ritmo para proteger a la infancia. Prevenir es proteger.

🧠 Habla, informa, acompaña y denuncia.